Esta tarde La Luz era pura esencia.
Las montañas del fondo con nube en las cumbres, los colores fusionándose en el valle, verde turquesa, amarillo, rosa, azul en lo alto del cielo.
Esta tarde ya la he vivido antes, en mi infancia cuando creía, en aquel verano de Berango, que la muerte estaba al acecho. Y la belleza de los atardeceres me agudizaban la sensibilidad y la melancolía. Y en ese alambre de pánico había también una belleza, una comprensión última, una sabiduría total, una intuición del mundo y el universo entero.
En el corazón del niño sin necesidad alguna de verbalizar ese misterio.
En el corazón del hombre que sabe que lo que de verdad importa se calla y se hace silencio como un color más de este atardecer que siempre regresa.
6 Enero 2022