Sebastian Velasco, he ahí un pintor original, grafitero, muralista. Es una alegría ver que la pintura no muere, que sigue habiendo pintores enamorados de la luz que ilumina un rostro y funden lo interno y lo externo, esa trampa de la separación que no existe, divisiones simplistas, el ojo del pintor verdadero logra la fusión total. Y sus perros, casi en movimiento, y sus composiciones tan personales donde se mezcla la figura humana con el paisaje urbano. Hay talento y emoción.
Aprendo, aprendo de la juventud.
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