No ha nacido en España, acaba de dimitir, nos pilla a todos por sorpresa porque se va en la cumbre, recién ganada su tercera copa de Europa consecutiva.
Zidane.
Me sorprende porque duele en el corazón, y cuando una persona atraviesa las fronteras hasta llegarte adentro, eso es más importante que el triunfo o la derrota. Es su estilo, sus respuestas humildes, y él lo era de una forma desarmante, su sonrisa dejaba sin argumentos a los desafiantes y envidiosos, la razón de sus triunfos era siempre mérito de sus jugadores, del trabajo, estaba a la altura de su talento, jamás un mal gesto, jamás una cobardía, se ha ido un señor deportista, con personalidad, sin doblegarse ni arrodillarse ante nadie, sin levantar tampoco la nariz, sin ponerse de puntillas, deja un palmarés inigualable, un aire de elegancia, ha hecho más grande la leyenda del Real Madrid, y él es tan grande que no necesita presumir.
Se ha ido en un País en el que nadie dimite.
Haga lo que haga de aquí en adelante, tendrá la única dificultad de estar a la altura de si mismo, sabemos que contagiará leyenda sobre cualquier tierra que pise.
Gracias Zidane, es difícil saber perder, es aún más difícil saber ganar, y tú has dejado un ejemplo y un historial de victorias estelares, va a ser muy duro descender de tu gloria tan alta.
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