miércoles, 31 de octubre de 2018

SILENCIO AMARILLO

Trepan algunos por los cerros del poder, y acaban alcanzando sus pequeñas cumbres, sus comisiones, tienen la boca llena de alabanzas y de ruegos, andan de puntillas y con alzas para parecer lo que no son, dedican su energía a conseguir, se juntan y se miran unos a otros como si estuvieran en las alturas, acaban creyendo que el resto de la humanidad es estúpida.

Otros prosiguen su búsqueda en sus estudios, en sus laboratorios, en sus santuarios. No tienen tiempo de venderse, la oración es ahora, el color va más allá, las células forman su propio universo.
Es una soledad sonora, desértica, llena de ecos que se pierden en infinidad de encrucijadas, pero el día tiene su propia luz y la noche alcanza otra belleza.
Esa grandeza te revela tu propia humildad, ¡ Ah! si yo pudiera alcanzar el silencio amarillo del desierto, si alzara mis manos hasta el cielo nocturno...
 No hay nombres, no hay súplicas, no hay ruegos.

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