Se pinta para dar un rodeo al tiempo, se tensa el cuerpo en el deporte para que no nos abandone la juventud, se vive con intensidad como si no existiera la muerte.
Pero la verdad es que ya he barrido a la muerte varias veces con mi escoba, ya no es algo ajeno, ya no hay pánico, es parte de mi vida, es parte de mi muerte, vivo y muero entrelazadamente.
Quizá no exista el morir puesto que la vida es sueño.
Doblas una esquina y no conoces el paisaje nuevo que está por ver.
Lo que nos paraliza es el miedo.
La valentía es una virtud muy poco ensalzada.
El resucitado ya no tiene nada que perder, un nuevo día es un regalo.
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