domingo, 25 de septiembre de 2016
CONTRARIOS
Estamos llenos de sueños e ideas preconcebidas. Puedes soñar con tu casa elegante, sobria: hormigón y cristal, una casa donde el interior se vea envuelto por el paisaje, en la ladera de un cerro, y sientas desde tu silla en tu estudio, el horizonte sin fin. Sueños que van madurando durante toda una vida y que, quizá, algún día se hagan realidad.
Y otro día cualquiera, caminando por un arrabal, te tropiezas con la cabaña de un vagabundo, hecha de residuos urbanos, y sientes que también podrías vivir ahí, en ese andrajo barroco, en el otro extremo de tu idea original, de tu casa ideal.
Pues, en verdad, al final no sabes muy bien quién eres. Quiero decir que lo importante no son las ideas, aunque lleves construyéndolas toda tu vida, sino caminar con un espíritu abierto a cualquier belleza, esté dónde esté, sea cual sea, palacio o cabaña.
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