lunes, 21 de noviembre de 2016

ANTES DEL FIN

A medida que avanzaba las paredes se inclinaban y las curvas se abrían impidiendo el golpe, evitaba así el accidente justo en el momento que se iba a precipitar.
La inmensa luz del incipiente ocaso iluminaba desde abajo las altas nubes, y sus perfiles inferiores se dibujaban con precisión. Todo parecía predestinado y sin embargo había requerído mi entrega, un arrojo absoluto, una predisposición total. La vida parecía llegar a su fin, quizá fuera mi último día, todo había ocurrido a la velocidad de la luz y ahora que terminaba, el tiempo se desprendía de su lentitud, se descomponía en múltiples imágenes, todos los tiempos en uno.
Y el sentido de las cosas, si, por fin había aceptación y toda la rebeldía latente, toda la rabia por lo que pudo haber sido y no fue, ¡ Ah!, ya  no importaba.
El destino se ajustaba milimétrico, lo que debía ser, fue.

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