Que toda vida es sagrada debería ser una visión constante, pero sólo lo vemos en estado de gracia.
Estamos de visita, pendemos de un hilo, todo es milagroso y hay una multitud ciega que se empeña en enturbiar la verdadera revelación, miran a través de un cristal empañado, han dejado de sentir, creen que dominan la materia, pero ni siquiera es así, se les escapa el milagro entre las manos.
Sobre la hierba verde galopaba Lagun, como un rayo blanco y leve.
Y en ese movimiento estaba la clave total, en verdad no hay palabras.
Yo lo he visto.
No puedo nombrarlo.
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