martes, 25 de abril de 2017

MAFIAS LEGALES

Aunque soy un hombre discreto y elegante,
  hoy he dejado en el armario mi invisible ropa gris
 y me he puesto un sombrero de copa y unas gafas redondas y oscuras,
un abrigo largo negro
      y unas botas altas y puntiagudas.

 He salido a la calle muy teatral,  con mi guitarra y mis coplas
      cantando con una voz rota y llena de insultos contra la compañía de gas y de electricidad
porque son unos chorizos consentidos.

 Y al final una multitud de perjudicados se han unido haciéndome los coros
y parecíamos la procesión de los desheredados,
 de los aniquilados por los bancos,
y por otras cuantas instituciones muy respetables y odiosas.

  No sirve de nada,
pero he vuelto a casa ligero y con menos peso,
y no he permitido a nadie dejar limosna en el sombrero.


Esto del mundo organizado es una mafia legal,
      da asco,
 me voy a ir con mi perro Lagun a lo alto del monte
 y allí componer canciones
libres de insultos...
   Quizá solo una melodía sin letra
acompañada con la voz de dentro,
      dulce y silenciosa.
     

     

 


jueves, 20 de abril de 2017

PARA PIT

Las casualidades parecen meros actos dictados por el azar, pero tienen un entramado mágico y están conectadas dentro de otra realidad invisible que circula oculta junto a nosotros.

El peso de uno mismo a veces es un fardo demasiado pesado que nos impide el vuelo.
Uno siempre es, no hace falta ser consciente todo el tiempo.
Lo importante no es el premio, el objetivo final, el número en la escala que nos define matemáticamente en la clasificación.
Lo importante es el niño jugando al aro, la pasión, la ilusión.
Con esa predisposición de alegría y sensualidad la casualidad nos suele favorecer.
Si vamos con la pesadumbre y el careto triste la casualidad suele castigarnos con lo evidente: más negatividad y tristeza.

Volver al origen, pasarlo bien, vivir el presente donde creamos con cada instante una nueva realidad, donde no existen ansiedades que están siempre en las experiencias pasadas o en el futuro condicionado por nuestros deseos.
Si no hay puro disfrute es que nos estamos alejando de la esencia y estamos llenando nuestro cuerpo de un peso innecesario.
Estoy bajo las nubes y el cielo azul, no estoy pensando en quién soy, en quién fui o puedo ser.
Soy capaz de impulsar esa bola al aire y hacer un fade o un draw, soy capaz de hacer que la bola vuele baja o alta.
Ese es el fin y el principio, no hay otro, en eso está mi concentración, en ese juego de presente continuo.

Las mariposas vuelan gráciles porque son ligeras. No llevan una mochila llena de quejas y desengaños, no saben lo que es la frustración.

Yo conocí un niño dotado que jugaba así.

Hace ya mucho tiempo que estoy deseando volver a ver esa plenitud en el golpeo, esa sonrisa de felicidad.
El niño no conoce el dolor ni el duelo ni el desencanto.
El hombre si.
El hombre puede tener callos en las manos de golpear 500 bolas cada día, pero el corazón fuerte no se debe lamentar.
En la vida adulta hay que conquistar las cosas con esfuerzos límites, nadie nos regala nada.
Y el hombre que no conoce el dolor es una " Iglesia sin bendecir".
Ser hombre consiste en abrazar la alegría. ¡Ah! si,   el dolor está ahí, no le vuelvo la cara, lo afronto, el dolor nos va tallando, pero se vive saltando, se vive cantando, mirando al frente, valiente , sin miedo, el que tiene miedo de ganar ya perdió, el que tiene miedo de perder es que no ha madurado para saber que la vida no es otra cosa que ir perdiendo una tras otra todas las cosas.

 Mira como vuela el fade, eso si que es real...

viernes, 14 de abril de 2017

MÁS ALLÁ

Quien quiera llegar a ver lo mejor de uno mismo debe saber que hay que fustigar al cuerpo, limar el alma, llevar a la mente hasta el borde de la locura, y ahí, en ese límite, en esa frontera, delimitando con la neurosis y la enfermedad, aparecerá eso, ese estado de gracia en el que ya no hay lindes ni separaciones, ya no hay salud o enfermedad, ya no hay hermosura o fealdad, hemos arrasado todo y hemos arribado hasta lo total, hasta la gran belleza.
Esta realidad inaceptable desde la razón pura, es así, inapelable, querámoslo o no. Debemos atravesar el desierto, la noche oscura, hay que raspar nuestras mejores pinceladas, desapegarnos de nuestros seres más queridos, de nuestros bienes más preciados. Y ya sin barreras ni lazos que nos retengan en el querido hogar, avistaremos el paraje desconocido, donde reina la levedad y el salto es un vuelo y el silencio es sabiduría.

miércoles, 12 de abril de 2017

VERDAD

Da igual ser un adolescente o un joven que un hombre maduro, todos, incluso el anciano deben enfrentarse a su verdad. El adolescente no es ni un hombre ni un niño, y esa tierra de nadie supone una zozobra y una virulencia física y espiritual. El joven debe preparar la tierra que le alimentará el resto de su vida, el hombre maduro sobrevivir y sacar adelante a su prole, el anciano aceptar el resultado de su vida y la decadencia física, un duro trago, y el más arduo de todos, prepararse para la inminente muerte. Todas esas etapas transitan entre la tierra y el cielo, el mundo exige resultados, para llegar al vuelo tiene que haber un desarrollo espiritual, la tierra es densa y el cielo leve, se necesitan manos maestras para conducir entre esos distintos espesores, a primera vista contrapuestos, pero en verdad, unidos indisolublemente.

Y lo común es el regate, la esquiva, evitar la propia verdad.
Sin la humildad de la aceptación, sin la rebeldía de la ambición, pues nadie es como quisiera, no hay avance.
Soy muy poco, pero debo seguir caminando paso a paso.
Un poco de verdad.
Nada más, nada menos.
La mentira está detrás de todos los males.
Nunca salva, aunque te haga salir del paso.