martes, 25 de abril de 2017

MAFIAS LEGALES

Aunque soy un hombre discreto y elegante,
  hoy he dejado en el armario mi invisible ropa gris
 y me he puesto un sombrero de copa y unas gafas redondas y oscuras,
un abrigo largo negro
      y unas botas altas y puntiagudas.

 He salido a la calle muy teatral,  con mi guitarra y mis coplas
      cantando con una voz rota y llena de insultos contra la compañía de gas y de electricidad
porque son unos chorizos consentidos.

 Y al final una multitud de perjudicados se han unido haciéndome los coros
y parecíamos la procesión de los desheredados,
 de los aniquilados por los bancos,
y por otras cuantas instituciones muy respetables y odiosas.

  No sirve de nada,
pero he vuelto a casa ligero y con menos peso,
y no he permitido a nadie dejar limosna en el sombrero.


Esto del mundo organizado es una mafia legal,
      da asco,
 me voy a ir con mi perro Lagun a lo alto del monte
 y allí componer canciones
libres de insultos...
   Quizá solo una melodía sin letra
acompañada con la voz de dentro,
      dulce y silenciosa.
     

     

 


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