sábado, 8 de julio de 2017

ZIGZAG

¡Ah!, no queremos seguir el ritmo que nos marca la vida cuando transitamos por el laberinto oscuro, enseguida huimos del dolor, de sus horribles secuelas, como si sólo hubiésemos nacido para la alegría.
Y si nos eleváramos como el águila y divisáramos desde las alturas el trazado total de nuestro viaje, veríamos que todo estaba trazado con linea maestra, y que las desviaciones hacia esa supuesta felicidad alteraron la belleza prodigiosa del original trazado.
 A partir de nuestra primera huida, nuestra ruta se convirtió en un zigzag, en un ida y vuelta desorientado.
Esa es la belleza que encontramos en las vidas de los héroes, una linea directa y luminosa hacia su propia verdad. Ellos no se desviaron. Y bebieron de la copa del dolor hasta la última gota.

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