Sentado en el cerro abierto, el sol nace y se pone al mismo tiempo que brilla en lo alto del cielo.
El corazón late por debajo de su corteza, y más adentro todavía.
Y la luna ilumina la hierba cenicienta.
La armónica suena por allí, lejana.
El que canta tiene el corazón vibrando en su boca.
La vida generosa me desborda, y yo no sé decir ni sí, ni no.
¿ Elegir?
Estoy mudo, hay verdades inversas que producen daño.
El sabio no tiene respuestas, te devuelve a tu silencio.
Sucede que un día ya no puedes acudir a nadie en busca de soluciones.
Si lo hicieras te devolverían al camino trillado de los cuerdos,
y entonces , sí, me volvería loco.
Estoy bendecido de amor
y sin palabras.
22 -8-2017
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