miércoles, 31 de agosto de 2016

SALTAR DE NUEVO

Las balas silban, algunos de los tuyos yacen en la tierra, agarrarse a la vida no depende de uno, la guerra te supera y sientes en tu ser la vulnerabilidad y la pequeñez. Y aún así, das el salto para salir de la protección de la trinchera y avanzas y puede que llegue cierta paz al final de la jornada si llegas vivo.

El único sentido la supervivencia.
Vivir y morir en el campo de batalla deja huella.

Los supervivientes nunca volverán a experimentar esa máxima intensidad.
La vida se concentra en la vida.
Y en la muerte.
No hay otra cosa.

Volver a la vida civilizada, al trabajo, a la familia, al afán diario, ¡Ah!, al principio sabe a gloria, pero poco a poco el entramado cotidiano te va envolviendo hasta el ahogo, y el sentido de esa vida recuperada te va dejando seco, hastiado, falto de un no sé qué.

Los pómulos se recubren de grasa, se recupera el vientre, te duchas cada mañana con agua caliente.
Y empiezas a ver más cadáveres vivos a tu alrededor que en el campo de batalla.

Las heridas cicatrizaron, y sabes que es ahora cuando empieza todo.
Ni la cal viva va a acabar con las recurrentes pesadillas.

Hay que volver a pegar el salto y salir de nuevo de esta trinchera, aunque no haya barro sino terciopelo y calefacción.

martes, 23 de agosto de 2016

SU MANERA DE COMPETIR

En la semifinal femenina de 5000m, dos atletas se tropezaron y quedaron tendidas en el suelo mientras la carrera seguía, pero Nikki Hamblin , neozelandesa, se levantó y en vez de seguir corriendo, esperó a la estadounidense Abbey D'Agostino, dándole ánimos y ayuda para seguir. Acabaron las dos entrando muy rezagadas.
Ese gesto de máxima deportividad fue premiado con una recalificación ejemplar.
No es casualidad que fuera una carrera de féminas, las mujeres compiten de otra manera más humana, más elegante, se abrazan, rivales y solidarias, al final, se felicitan y se consuelan con un lenguaje corporal mucho más sincero que lo que muestran los hombres. Hay menos egocentrismo, el mismo deseo de superar los propios límites, pero esa excelencia se muestra en las mujeres de una forma más pura, menos contaminada, brilla la estética y también la ética.
Ruth Beitia, medalla de oro olímpica en salto de altura, no hablaba de si misma recién ganadora, hablaba de su 50%, su entrenador desde hace 26 años, Ramón Torralbo.
Que diferente ese ciclista, hombre, que entró celebrando su medalla de bronce tocándose el paquete, ese gesto tuvo su parte de desahogo, de liberación, hasta de comicidad; también me quito el sombrero ante su prodigiosa carrera...
Pero me quedo con la bendita naturalidad de las mujeres, deberíamos aprender de ellas a ganar y a perder, a competir con deportividad, a deslizarnos en las pistas y en los campos de competición con esa suprema levedad.

domingo, 21 de agosto de 2016

CAMINO PROPIO

Condenados a elegir, a afilar el juicio, en defensa propia para poder seguir nuestra ruta y elegirla libremente, valorando, poniendo todos los elementos en la balanza.
Otra cosa es juzgar, cuando juzgamos a la otra persona, asoma el racismo por ahí adentro.
El que juzga se cree más inteligente, más guapo, más fuerte, el que juzga y desprecia está arriba, y ejerce su poder para someter al que está abajo.
La selva.
El sabio no juzga pero sigue su propia ruta.

viernes, 5 de agosto de 2016

EL MINERO DEL VALLE

La bondad inquieta,
por eso suele ser crucificada y enterrada.
La maldad es exuberante y aparece en los periódicos a diario.
El bondadoso es pudoroso, no se vende, no se expresa en la propaganda.
Por eso algunos escalan su propia montaña y permanecen ahí arriba
en su propia cumbre.
Yo prefiero al que se queda en los valles y desciende a la mina
y se mancha las manos.
Y va envejeciendo con el corazón joven, incansable,
mineral rutilante,
que no se encuentra en la mina ni en la cueva
sino en la mitad de su pecho.

MALA SUERTE

Extraña cadena de circunstancias unidas,
desembocaron dañando a una persona inocente.
A veces suceden estas injusticias
y los mejores lloran
y la bondad encuentra la cruz de su moneda
y lo absurdo se convierte en un hecho irrefutable
y las opiniones de los bienpensantes quedan huecas.
Y los cuervos y los buitres
vacían los ojos de los muertos
y los ojos de los vivos se ciegan.
Los dados se equivocaron
y quizá alguien aprendió
y quizá alguien murió.

jueves, 4 de agosto de 2016

PRIMERA TIERRA

A través de la sensibilidad uno puede ir construyendo su ciudadela, una fortificación a la medida del propio ser, un lugar al que volver, un lugar del que partir.
El sentir con alta intensidad abruma y viene después la necesidad del análisis, la búsqueda del equilibrio necesario y del temple imprescindible para vivir al menos algún periodo de paz.
Así que la primera piedra de esa fortaleza la levantó el sentimiento desbordante.
Y dentro de ese fuerte está el lugar donde reposan los libros, y la ventana para ver las estrellas nocturnas y los cielos al amanecer, y la estancia vacía para rezar y permanecer en silencio.
Un hueco en la tierra que alimenta nuestras raíces.
Somos árboles vagabundos, desertamos de nuestro lugar de origen, olvidamos la savia original, anhelamos el paraíso y vagamos ciegos o iluminados en su busca.
Pero en algún momento regresamos,  volvemos a ocupar nuestro lugar.
Y esa tierra primera sabe mejor cuando uno ha dado su vuelta al mundo.

miércoles, 3 de agosto de 2016

CARTOGRAFÍA

Sencillez sobre sencillez, para pintar sin miedo, como en casi todo, hace falta aceptación, insistir sabiendo que estamos pisando dos mundos a la vez, un pie en cada lado, y el cuadro te devuelve tu exacta medida, y si no es la deseada, volver a respirar y expirar, y una nueva capa de sencillez, la pintura tiene su propia dignidad en la que no cabe el énfasis ni la falsedad.
Es un proceso de investigación, te aventuras en el otro mundo y avanzas en el conocimiento del propio ser.
Y queda una cartografía testimonial.
Ni siquiera es necesario firmar en ese mapa.
Ahí están nuestras pisadas y nuestra huella dactilar.