martes, 9 de mayo de 2017

WISTAWA SZYMBORSKA

" Prefiero lo ridículo de escribir poemas
a lo ridículo de no escribirlos."

Con esa sencillez, sin altisonancia y sin pompa, así nos habla Wistawa Szymborska, hay algo aparentemente cotidiano en sus letras, nos lleva de la mano a través de esa rutina cercana y diaria y sin apenas darnos cuenta cruzamos hasta otra orilla en la que sucede lo extraordinario.
Pero no hay exageración, ni gritos ni retórica, hay humor, asombro, humildad. Inteligencia y elegancia, y vuelta al humor y al " No sé".
No solo su poesía, su prosa tiene la pureza y la libertad inmensa del que desconoce la vanidad. Discurre limpia desde su atrevimiento a decir lo que en verdad piensa y siente, sin violencia, con la precisión de un bisturí que va penetrando hasta la misma raíz de las cosas y las personas.
Asentada firmemente en la tierra, más próxima a la sonrisa que al llanto, inmaculada en su sencillez pero muy lejos de la simplificación, es grande sin pretensión: es.
 Como una nube blanca en el cielo azul, así, inapelable, sólida y mutante.
Su discurso en la recepción del Nóbel, es una joya que nadie debería perderse, y menos que nadie los poetas disfrazados de poetas que siguen pululando por el mundo.

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