“ Carpe diem”, vive el presente, aprovecha el momento, esa es es la única realidad, lo demás es fantasía...
Pero eso no sólo es así, el hombre debe mirar hacia su horizonte personal, la motivación está más allá del ahora en tantas obras humanas que han trascendido, la meta es a veces invisible, y lo que nos lleva al acto es la fe en lo que no se ve pero se siente.
El camino es palpitante, miramos hacia atrás y agradecemos a los que nos pasaron el relevo y nos iluminaron con su candil, y tras el cambio de rasante el paisaje es interior, lo llevamos dibujado en nuestro corazón vidente.
Luego la tierra y los cielos nos sorprenderán y es la imaginación la que quedará, diminuta, en un pasado remoto.
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