La pintura es un viaje solitario, una peregrinación sin compañía, un acto de fe pues ignoramos si lo que hacemos llegará a parte alguna y tendrá repercusión.
Llega un momento en que todas las explicaciones sobran, no me contéis los traumas de este pintor, ni me habléis de sus enunciados estéticos, dejarme en paz para poder mirar el cuadro en silencio.
Desde mi silencio a tu silencio.
Que no nos enturbien la mirada con tanta palabrería.
La imagen tiene su propia magia.
Veo poca pintura auténtica en las exposiciones.
Lo último que sí me ha emocionado, es una exposición de fotografía del checo Josef Koudelka.
Emulsiones de plata sobre papel, y los horizontes urbanos fundiéndose en los cielos, los muros, las miradas gitanas, un cuervo colgado en la campiña, la silueta negra de un perro.
¿ Por qué pintar entonces ? Esa es la duda de todos los que seguimos usando los pigmentos, quizá sospechamos que la pintura es doble y triple , quizá pensamos que tras la imagen real que capta la foto, hay infinitas imágenes fantasmales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario