viernes, 23 de octubre de 2015

PONIENTE

Días en que no sé si estoy alucinado, descubriendo un mundo nuevo, o con la certeza de que en un rápido pasar, ya no estaré en este planeta Tierra.
Volviendo, a la caída de la tarde, desde Toledo a Madrid, la luz de poniente ilumina los edificios de las ciudades dormitorio de Madrid, el campo abierto rodea las nuevas construcciones, las montañas violetas tras los enjambres de los edificios, la marcha veloz y silenciosa del coche, la música sonando, la belleza en todo.
Y no sé si saludo o me despido.

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