Si sigues soñando, es que hay en ti un resorte
desde el que te puedes impulsar.
No dejes que el sentido común te haga caer en la vulgaridad,
en lo ordinario,
en lo que hace o dice todo el mundo.
Porque todo el mundo no existe.
Existimos tú y yo,
y somos tan distintos,
aunque tú puedes sentirme a mi,
y yo puedo sentirte a ti.
Eso es la hermandad.
Aun así, déjame que circule libre en mi diferencia,
si me amas,
déjame partir.
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