lunes, 2 de noviembre de 2015
ASCENDIENDO
Justo Gallego, tuvo una tuberculosis, se curó, fue monje, se salió, pero hizo una promesa y dedicó su vida a construir una catedral heterodoxa. No es albañil, ni arquitecto, pero ha construido su sueño en Mejorada del Campo, en un terreno que heredó de su familia. Un sueño a la gloria de Dios.
Llegas allí y ves lo que hace la fe, el que quiere saber acaba sabiendo, aunque no sepa, el que desea hacer se convierte en acto y el acto dibuja su forma genial irregular de cúpulas y torres, de materiales de deshecho, de fantasía hecha realidad.
La necesidad de escalar hacia el cielo azul, de trascender, de ponerse en contacto con la máxima belleza, la bondad y la inteligencia infinita, pronunciemos el nombre de Dios, lo necesitamos como el pan, como el oxígeno, como el afecto.
Y de Mejorada del campo hacia Siguenza, de una catedral a otra, la piedra rubia y roja, las torres otra vez tocando el cielo, el silencio multicolor de las vidrieras, la paz conseguida en orden.
Y muy cerca, la Peña del Uso, la misma piedra roja y ocre con la cual se construyen las catedrales, bajo el Castillo de Siguenza, en el cañón de piedra, la naturaleza rocosa buscando el firmamento.
Todo nos mueve hacia arriba.
Con Belén y Carchín, con Bao y Mushka, un día lleno.
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