martes, 31 de enero de 2017

UN PEATÓN

¡ Eh tú! Deja de robarle sentimientos y letras a los demás, no quieras ser quien no eres, y si te quedas seco y no te sale nada, sal a la calle y vive y abre los ojos y el corazón si es que te atreves.

Es que a veces te siento al otro lado de la pantalla como un cuco robando en el nido ajeno.

No me importa porque yo escribo por felicidad, por nada más, el dinero siempre ha sido un misterio esquivo, y la inmortalidad está en otros territorios. Además las editoriales huyen de los escritos inclasificables, de lo que no entra en sus tablas clasificatorias: novela, poesía, ensayo, divulgación, autoayuda, documental escrito, relato periodístico, autobiografía de personaje célebre...que más da.
En verdad no sé a que grupo pertenezco  ni me importa. Escribiendo, pintando, viviendo. Hace tiempo traspasé las fronteras, viajo por los bordes, los márgenes, me da igual el páramo o el bosque.


Y salgo a la calle y me entretengo viendo como se dispara el juego dentro de mi cabeza.
Ahora que soy un peatón en una acera repleta de gente paseando, me he propuesto elegir un rostro de hombre para que me represente.
Y un rostro de mujer para enamorarme de ella por un instante.
Los tengo que encontrar entre los primeros veinte.

Y no los encuentro.



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