El desesperado huye hacia la imagen anhelada de la felicidad: - " Si yo tuviera amor, si yo tuviera una casa, si esta Tierra fuese el paraíso"-
Y el que vive satisfecho, divisando la lejanía desde su atalaya, se asoma al abismo y siente que el vértigo sigue ahí, dentro, como una sombra inseparable, fuera, como una nube oscura y perturbadora, rompiendo la linea horizontal del horizonte azul.
No hay comentarios:
Publicar un comentario