domingo, 3 de agosto de 2014
ARBOLES
Ahora que todo el mundo se desplaza, que hay atascos en las carreteras, que la gente busca el cambio y la fantasía, me fijo en los árboles. Enraizados en la tierra, bajo el mismo cielo infinito y cambiante, viendo pasar las nubes mutantes, las noches y los días, los vientos y la brisa, en esa quietud firme, guarida para los gorriones y los mirlos, nido del águila imperial, cobijo del pastor, sombra del campesino, verdor para el peatón ciudadano, siempre belleza en cualquiera de sus estados, catedrales sin cruz.
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