Luz plateada y lunar que analiza los obstáculos y las personas que se cruzan en nuestro camino.
Luz solar y fogosa, que galopa sin freno y convierte en sombras fugaces y brillos rutilantes todo lo que acontece a nuestro vertiginoso paso.
¿ Cual de las dos luces ilumina nuestras vidas ?
¿ Predomina lo romántico e irracional ?
¿ Buscamos más el equilibrio y la seguridad de lo racional?
¿ Apolíneo o dionisíaco ?
¡Ah! Somos seres múltiples, nada es blanco o negro, nada es tan simple ni divisible, todo es multiforme y cambiante, todo es sólido y líquido a la vez, matérico y leve, quisiéramos ser de una pieza, quisiéramos ser pobres y tristes seres constituidos y presos obedientes actuando en una cuadrícula previsible, pero somos ricos humanos viviendo una aventura en libertad, zarandeados por tempestades y acariciados por una brisa suave.
Quizá el gran secreto es elegir no elegir.
Aceptar la luna y el sol, la luz y la oscuridad.
De día soy clásico, de noche, romántico.
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