lunes, 2 de junio de 2014

AMAR

No hay valor más grande que el de ser humano... Eso dijo alguien. Está bien pertenecer a una dinastía ejemplar, pero sólo porque los referentes con los que has vivido marcan la rutina de la virtud. Y el que ha hecho el bien y ha llegado a sus límites, es humilde, nunca fatuo ni arrogante. He aprendido de mis Maestros, de la gente del campo, de mis padres y abuelos, de gente de muy distintas clases sociales. Y lo hermoso entre las personas sucede cuando se derriban las barreras, y ya no hay maestro y alumno ni hombre ni mujer ni anciano o joven,  sino solo una corriente de simpatía y amor en la que se disipan las fronteras.
Creo que esa es la única distinción que si es necesario hacer, quien es capaz de amar, ese es el que va a vivir más intensamente y cambiará el aire de los que le rodean. Son los que no aman los que llenan de sufrimiento esta Tierra llena de belleza.
 

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