Es curioso esto del blog. Uno va escribiendo como quien va dejando migas de pan para los pájaros desconocidos del bosque...
Y la tecnología tiene sus características inapelables. No es como un libro, que tiene su principio y su final y un orden establecido. Aquí se va en sentido inverso y el principio queda irremediablemente sepultado por las nuevas entradas, nuevas pinturas, fotos o escritos. Parece que solamente vale lo instantáneo, que sólo existe el presente, que únicamente es válido lo que se archiva en memoria activa.
El libro, en cambio, es total en su sencillez. Se abre por cualquier página, se toca, tiene su propia realidad, su olor , su peso, su piel. Te acompaña en el escritorio, viaja contigo en el morral hasta el pico del monte, reposa nocturno y cerrado en la mesilla del dormitorio.
Hoy he leido una entrevista con el premio Nobel Gao Xingjian, escritor, dramaturgo, pintor, ensayista, autor de La montaña del alma o El libro de un hombre solo. Y acaba así: "Lo que es material puede resultar tremendamente superficial, por otra parte. Las matemáticas son un ejemplo de ello."
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