viernes, 6 de junio de 2014

CAMBIOS

El arquitecto Gaudí escribió para si mismo un decálogo moral en su juventud. Ya anciano dijo que la vida se había ido ocupando de darle la vuelta a cada uno de sus valores. De joven era un dandi rubio con ojos azules y vestido con zapatos y trajes caros. De viejo, la gente lo confundía con un vagabundo. Sólo tenía ojos para la belleza de su arquitectura,  la naturaleza y Dios. Se hizo vegetariano y comía frugalmente. Pensaba que había que pasar frío en invierno y calor en verano. Vivía en el estudio que tenía en el templo de La Sagrada Familia, sin calefacción, en una cama rodeada de planos y dibujos, se inspiraba en las formas vegetales y orgánicas para crear sus formas soñadas. Su vida fue una aventura espiritual.
 Quien se atrinchera en sus ideas y no se abre a la vida cambiante,  se convierte en un cadáver. Cambiamos por fuera, evolucionamos por dentro.
  Apenas somos nubes mutantes.

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