Vuelvo con mi hija Reyes de su universidad, caminamos juntos, el sol reverbera en una nube suspendida, inmensa, y la hierba resplandece verde, las hojas amarillas y rojizas de los plátanos aparecen traslúcidas y el cielo envuelve todo bajo su radiación. La tarde entera es dorada y vibrante, son estos pequeños milagros de la verdadera felicidad.
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