Perplejidad, pérdida, inseguridad, zozobra.
Y se acaba el día y la mirada de naufrago se exacerba.
¿ Quién sabe del instante inspirado?
Puedes llevar toda una vida pintando y la pintura es como la cosecha, prometedora, esta vez sí, por fin, y llega el granizo a finales de mayo y revienta el grano.
Como campesinos humildes, los pintores permanecemos activos en nuestros estudios, a la espera del sol sanador y la lluvia fructífera, esperando pacientemente que la pincelada traduzca la luz y nos calme en la redención.
El tiempo debería habernos enseñado ya a ser pacientes, y quién puede serlo cuando persigues el incierto rastro de tu amante cautiva.
Y eres sólo un soldado de un ejército derrotado que sigue haciendo la guerra por su cuenta.
Los lunes tengo cara de campesino, los martes de guerrillero.
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