Es la rutina que surge de la profunda reflexión la que va transformando el cuerpo y el alma, una corriente continuada, como la erosión del agua en la roca suavizando nuestras aristas, nuestras durezas.
Los ímpetus, los enamoramientos, nuestras pasiones, ¡ Ah!, di sí a todo lo emergente... y ponte el hábito humilde de hilo grueso, caba tu tumba en la tierra, labora día a día como si la vida durara para siempre y el amor no muriera nunca.
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