viernes, 27 de febrero de 2015
LUZ
Pues hay momentos de una lucidez calma, y te sabes un visitante privilegiado en esta tierra de belleza, que presente está el cielo azul en esos momentos, la luz, el milagro de la luz, sólo con eso basta.
miércoles, 25 de febrero de 2015
VAGABUNDOS
En algún momento todo vuelve a ocupar el lugar justo, lo que parecía el fin del mundo se demostró que no lo era. Y la vida se renueva a si misma, quizá ya no con el mismo ímpetu, el asombro va disminuyendo, se ha vivido ya tanto.
La vanidad se va quedando por el camino, el ego también, uno se va haciendo esencialista, sólo queremos estar en lo que intuimos es nuestra verdad, lo demás es un peso añadido, casi sobran la ropa y los zapatos, sentir la arena en tus pies y el mar en tu cuerpo, la brisa en la cara y los rayos del sol en la piel. Y esperar a que llegue el silencio de la noche, y en la espiral de tu propia vida giren los vivos y los muertos, los cielos y las tierras queridas. Y saborear un nuevo amanecer, y sentir que sigues vivo y tu corazón sigue en el mismo lugar, ya sin llorar, ya sin necesidad de aplauso, ya en si mismo. Los mismos ojos, ¡ah!, la misma luz, esa melancolía del que fue expulsado de su paraíso y encontró una tierra de nadie por la que transitan los queridos hermanos vagabundos.
La vanidad se va quedando por el camino, el ego también, uno se va haciendo esencialista, sólo queremos estar en lo que intuimos es nuestra verdad, lo demás es un peso añadido, casi sobran la ropa y los zapatos, sentir la arena en tus pies y el mar en tu cuerpo, la brisa en la cara y los rayos del sol en la piel. Y esperar a que llegue el silencio de la noche, y en la espiral de tu propia vida giren los vivos y los muertos, los cielos y las tierras queridas. Y saborear un nuevo amanecer, y sentir que sigues vivo y tu corazón sigue en el mismo lugar, ya sin llorar, ya sin necesidad de aplauso, ya en si mismo. Los mismos ojos, ¡ah!, la misma luz, esa melancolía del que fue expulsado de su paraíso y encontró una tierra de nadie por la que transitan los queridos hermanos vagabundos.
martes, 24 de febrero de 2015
PAJAROS VARIOS
El plumaje de los pájaros, he ahí una fuente de inspiración. Para los creadores de ropa, para vestir la belleza de las mujeres, cuántas gamas combinadas e insólitas, desde la brillantez de las aves exóticas hasta el plumaje elegante y mimético de la becada del bosque, el gris azulado de la paloma torcaz tornándose rosado en el pecho, el dorado de las gangas, o de las ortegas, la sencillez de la calandria, los tornasolados nocturnos de los córvidos, el amarillo rutilante y el negro de la oropéndola, el azul turquesa de la carraca, la gama mixta del arrendajo, el rayo cobalto y rojizo del martín pescador, el plumaje humilde y cotidiano del gorrión.
Andar por el bosque es adentrarse en el milagro visual que acontece a diario.
Andar por el bosque es adentrarse en el milagro visual que acontece a diario.
ORIGINARSE
¿Cómo es posible que esa persona aparentemente insignificante haya creado esa obra inmensa?
El Mozart de Milos Forman iba en esa dirección, un ser superficial y aniñado creando la obra sublime que trasciende los tiempos.
¿Desde dónde se crea, quién es el elegido?
¿Se crea desde la herida? El arte moderno urga en esos espacios de dolor, y todo arte que no es reivindicativo, parece leve y superficial.
He caminado esta mañana al amanecer y sentía en el cielo esa luz inmaculada desde donde surge la belleza.
Es en ese espacio que hay entre el cielo y la tierra, entre el corazón y el estómago.
El perfil de la ciudad se recortaba nítido contra esa primera luz, el monstruo de la masa, del tráfico, de la polución, de la lucha por sobrevivir, quedaba ahí a distancia.
Yo era un caminante atravesando las luces y los distintos espacios, y en este amanecer mis pasos cruzaban las fronteras sin resistencia, y la misma luz germinal que iluminaba el nuevo día irradiaba la totalidad de mi ser desde dentro.
El Mozart de Milos Forman iba en esa dirección, un ser superficial y aniñado creando la obra sublime que trasciende los tiempos.
¿Desde dónde se crea, quién es el elegido?
¿Se crea desde la herida? El arte moderno urga en esos espacios de dolor, y todo arte que no es reivindicativo, parece leve y superficial.
He caminado esta mañana al amanecer y sentía en el cielo esa luz inmaculada desde donde surge la belleza.
Es en ese espacio que hay entre el cielo y la tierra, entre el corazón y el estómago.
El perfil de la ciudad se recortaba nítido contra esa primera luz, el monstruo de la masa, del tráfico, de la polución, de la lucha por sobrevivir, quedaba ahí a distancia.
Yo era un caminante atravesando las luces y los distintos espacios, y en este amanecer mis pasos cruzaban las fronteras sin resistencia, y la misma luz germinal que iluminaba el nuevo día irradiaba la totalidad de mi ser desde dentro.
lunes, 23 de febrero de 2015
EL PAN DE CADA DIA
Una verdadera hogaza de pan, su corteza tostada y su miga que aguanta media semana tierna.
¡ Qué belleza tiene el pan entero, redondo e irregular, da casi pena partir un trozo ! Y al abrirlo, el pan adquiere un carácter sagrado y bíblico, es el bien compartido, todavía más bello.
jueves, 19 de febrero de 2015
MAESTRO
Suele llevar un gorro de lana oscuro en la cabeza, sigue siendo delgado y fuerte, la cara arrugada y morena, le gusta el aire libre. Tiene ahora 73 años y durante casi toda su vida fue instructor de golf. Hace ya veinte años publicó un libro que mezclaba las anécdotas con sus consejos sobre el swing. Fue un éxito enorme.
Me comentó que se iría de Madrid, que no quería convertirse en un viejo dando lecciones y consejos, que eso sería lo último, como si toda su vida pasada hubiera sido una representación teatral.
Y eso es lo que hizo. Ahora vive en una zona montañosa de Málaga, el mar no queda lejos.
Cuando le fui a ver, su casa se llenaba de visitas, jugadores jóvenes de golf, le contaban sobre el juego de cada uno de ellos, lo largo que le pegaban a la bola con el driver, si hacían fade o draw, sobre el grip fuerte o débil, y mil cosas más. Y él apenas contestaba, escuchaba y asentía, contaba alguna que otra cosa del juego, pero poco más.
Pero quién podría dudar de que todos aquellos jóvenes vocacionales y apasionados eran sus apóstoles, adoraban a su maestro, y aprendían, era una rara transmisión en silencio, salían de la casa confirmados, bendecidos, llenos de confianza.
Creo que ahora es más feliz que nunca, sigue siendo maestro, pero no ejerce, ya no cobra dinero por sus lecciones, ya no suelta sermones, su swing es silencioso, su ritmo perfecto, pero no creo que todos esos jóvenes que le visitan, duden un sólo segundo quién es el mejor enseñando.
Lo ha conseguido, ha cerrado el círculo perfecto, enseña fuera de las academias, sin escuela, sin influir, sin método, un guante único para cada mano, eso si que es una obra maestra.
Me comentó que se iría de Madrid, que no quería convertirse en un viejo dando lecciones y consejos, que eso sería lo último, como si toda su vida pasada hubiera sido una representación teatral.
Y eso es lo que hizo. Ahora vive en una zona montañosa de Málaga, el mar no queda lejos.
Cuando le fui a ver, su casa se llenaba de visitas, jugadores jóvenes de golf, le contaban sobre el juego de cada uno de ellos, lo largo que le pegaban a la bola con el driver, si hacían fade o draw, sobre el grip fuerte o débil, y mil cosas más. Y él apenas contestaba, escuchaba y asentía, contaba alguna que otra cosa del juego, pero poco más.
Pero quién podría dudar de que todos aquellos jóvenes vocacionales y apasionados eran sus apóstoles, adoraban a su maestro, y aprendían, era una rara transmisión en silencio, salían de la casa confirmados, bendecidos, llenos de confianza.
Creo que ahora es más feliz que nunca, sigue siendo maestro, pero no ejerce, ya no cobra dinero por sus lecciones, ya no suelta sermones, su swing es silencioso, su ritmo perfecto, pero no creo que todos esos jóvenes que le visitan, duden un sólo segundo quién es el mejor enseñando.
Lo ha conseguido, ha cerrado el círculo perfecto, enseña fuera de las academias, sin escuela, sin influir, sin método, un guante único para cada mano, eso si que es una obra maestra.
martes, 17 de febrero de 2015
GENTE BUENA EN TIEMPOS DE MAL
Me gustan los cuentos clásicos, donde los papeles están asignados, el bueno, el malo, no como en las novelas y películas modernas, en las que todo es tremendamente inteligente y reinan los matices y todos son buenos y malos a la vez. Pero esa radicalidad, la separación tajante del mal y del bien tampoco es una ingenuidad infantil.
La verdad es que hay malvados en la vida real, y también gente buena, gente tan heroica que es capaz de poner su vida en riesgo para salvar la vida del prójimo, aunque este sea, oficialmente, su enemigo.
Recuerdo un libro impresionante, con un título revelador: “ Gente buena en tiempos de mal”.
Lo escribió Svetltana Broz, nieta de Josip Broz, más conocido como el Mariscal Tito de la antigua Yugoslavia, y se refiere a la guerra de Bosnia, tiempo de genocidios y violaciones, tiempos de locura y asesinatos entre vecinos de toda la vida, de nacionalismos y separatismos, de luchas religiosas, aunque la religión sea etimológicamente lo contrario: religar y unir .
Tiempo monstruoso en el que había gente de bien que se jugaba la vida por amor al hombre, gente de bien a la que no se le nubló la mirada por el odio circundante.
La periodista y cirujana Svetlana Broz, recorrió seis mil kilómetros recogiendo testimonios escalofriantes de los horrores de la guerra, pero sobre todo de esa gente buena que lo sigue siendo en las peores condiciones, cuando las circunstancias justifican el sálvese quien pueda.
Y volviendo a los cuentos, los hermanos Grimm tuvieron que hacer cambios en sus relatos porque los lectores no soportaban la dureza de sus cuentos. Ellos decían que no habían escrito esos cuentos para los niños, sino para todo el mundo, también para los adultos. Y no se quejaban los niños, sino los adultos.
A nadie le gusta la caricatura, la contienda desequilibrada, la obra de arte tiene que ser total. Convertir al malvado en héroe de la película pudiera tener, en el origen, una intención crítica, pero acaba convirtiéndose en lo contrario, proyección del mal, banalización de lo peor, nuestras calles están llenas de chorizos con prestigio social, ¡ah! que listos son, sortearon a la justicia, se enriquecieron, los delitos prescriben, para las víctimas todo esto es difícil de encajar.
Creo que el esquema tradicional del cuento duro y claro seguirá funcionando siempre por la razón de que está ligado a nuestros más profundos anhelos. Las brujas tenebrosas, las hadas buenas, los héroes salvadores, la gente humilde explotada, los poderosos y sus abusos, David contra Goliat, la vida misma, nuestros sueños, nuestras realidades.
La verdad es que hay malvados en la vida real, y también gente buena, gente tan heroica que es capaz de poner su vida en riesgo para salvar la vida del prójimo, aunque este sea, oficialmente, su enemigo.
Recuerdo un libro impresionante, con un título revelador: “ Gente buena en tiempos de mal”.
Lo escribió Svetltana Broz, nieta de Josip Broz, más conocido como el Mariscal Tito de la antigua Yugoslavia, y se refiere a la guerra de Bosnia, tiempo de genocidios y violaciones, tiempos de locura y asesinatos entre vecinos de toda la vida, de nacionalismos y separatismos, de luchas religiosas, aunque la religión sea etimológicamente lo contrario: religar y unir .
Tiempo monstruoso en el que había gente de bien que se jugaba la vida por amor al hombre, gente de bien a la que no se le nubló la mirada por el odio circundante.
La periodista y cirujana Svetlana Broz, recorrió seis mil kilómetros recogiendo testimonios escalofriantes de los horrores de la guerra, pero sobre todo de esa gente buena que lo sigue siendo en las peores condiciones, cuando las circunstancias justifican el sálvese quien pueda.
Y volviendo a los cuentos, los hermanos Grimm tuvieron que hacer cambios en sus relatos porque los lectores no soportaban la dureza de sus cuentos. Ellos decían que no habían escrito esos cuentos para los niños, sino para todo el mundo, también para los adultos. Y no se quejaban los niños, sino los adultos.
A nadie le gusta la caricatura, la contienda desequilibrada, la obra de arte tiene que ser total. Convertir al malvado en héroe de la película pudiera tener, en el origen, una intención crítica, pero acaba convirtiéndose en lo contrario, proyección del mal, banalización de lo peor, nuestras calles están llenas de chorizos con prestigio social, ¡ah! que listos son, sortearon a la justicia, se enriquecieron, los delitos prescriben, para las víctimas todo esto es difícil de encajar.
Creo que el esquema tradicional del cuento duro y claro seguirá funcionando siempre por la razón de que está ligado a nuestros más profundos anhelos. Las brujas tenebrosas, las hadas buenas, los héroes salvadores, la gente humilde explotada, los poderosos y sus abusos, David contra Goliat, la vida misma, nuestros sueños, nuestras realidades.
lunes, 16 de febrero de 2015
MAGIA Y FANTASIA
Sansón creía que su poder estaba en su melena, Anquetil extraía el bidón de bebida de su bici y lo situaba en el bolsillo del maillot porque eso le convencía de la ligereza de su bicicleta, y le hacía volar cuesta arriba con sus competidores escaladores. Los toreros tienen una rutina de entrada a la plaza de toros que jamás incumplen, pues esas reglas y en según qué orden, están establecidas para protegerles de la muerte. La razón no sostiene ninguno de esos sortilegios, pero son necesarios, imprescindibles, el hombre se lanza a lo imposible y lo consigue gracias a ese valor añadido que está en el rincón escondido de su cerebro, en su fantasía. Cuando las fuerzas están al limite, y hay que ir más allá, se recurre a la magia, nos vamos sumergiendo en un territorio de reserva. Lo que ocurre es que la mayoría abandonan antes de llegar a ese estado extremo. El que aprende a orientarse en esa tierra inexplorada, es el que crece, el que llega más allá.
Ahí empieza la ligereza y la levedad, pues en el arrasamiento por el que hay que transitar, se pierde también el propio peso, se desintegra la masa corporal, ahí ya no hay velocidad o lentitud, y los análisis de nuestras constantes físicas están trascendidos por la fuerza de la fe, por el conocimiento oscuro, por esa energía que surge, no ya de nuestro cuerpo agotado, sino del último impulso de la mente ilusionada.
Hablé de los toreros, hay que prestarles atención, pues ellos luchan contra muchos elementos incontrolables, el viento que zarandea su muleta, las inciertas condiciones del animal al que tienen que someter, y todo ello delante del público, cómodamente sentado con su implacable juicio. Se enfrentan al toro negro de la muerte, y salen al ruedo vestidos con el traje de luces, sublime y ridículo y ahí actúan en esa frontera límite, entre el sol y la sombra, entre la técnica y la indefensión, entre el arte y la carnicería grosera, entre el triunfo y el fracaso, finalmente entre la vida y la muerte . Escuchemos lo que le dijo Juan Belmonte a su biógrafo y evangelista, el gran Chaves Nogales - “La empresa era superior a mi imaginación y estuve a punto de fracasar, no por falta de dinero, sino por falta de fantasía, que es por lo que se fracasa siempre”
El hombre es un dios cuando sueña y un mendigo cuando reflexiona, escribió el poeta Hölderlin.
Aunque acabara recluido y demente en su solitaria torre.
Estamos en los bordes del abismo, en el cable sin red, también los empleados con sueldos fijos, también los heredados y los bendecidos por sus favorables destinos.También los que sueltan sus sermones en los púlpitos, los que sacan pecho en las tribunas del poder. Ellos son sólo los ilustres ignorantes, el público siente la llamada del espectáculo, siente que su verdadera vida está reflejada en la arena, en el cuadro, en el libro, ahí donde se ha dejado escrito lo que nadie se atreve a hablar, y los bufones y los toreros y los escribanos y los poetas son los mártires expuestos, los pobres gladiadores de esta época hipócrita, tan hipócrita coma cualquier época pasada donde murieron los héroes, donde murieron los salvadores, donde murieron los mejores.
No se trata de conquistar la gloria, el que camina por el abismo vislumbra la verdad, la única forma de llegar al conocimiento es exponerse, y tropezar y errar, nada hay más luminoso que el fracaso, nada tiene que ver todo esto con un deseo masoquista de atracción hacia el sufrimiento, las bienaventuranzas nacieron en esta tierra de reserva, en esta tierra de desheredados y rechazados. De qué te sirve ganar el mundo si pierdes tu alma.
Ese vislumbre de una verdad sin contornos claros es incomparable.
Y el hombre se encierra en la cueva y pinta el bisonte eterno.
Y el hombre traza las dos lineas de la cruz.
Y el hombre siente la tierra punzante en sus rodillas y y junta sus manos mirando al cielo.
Ahí empieza la ligereza y la levedad, pues en el arrasamiento por el que hay que transitar, se pierde también el propio peso, se desintegra la masa corporal, ahí ya no hay velocidad o lentitud, y los análisis de nuestras constantes físicas están trascendidos por la fuerza de la fe, por el conocimiento oscuro, por esa energía que surge, no ya de nuestro cuerpo agotado, sino del último impulso de la mente ilusionada.
Hablé de los toreros, hay que prestarles atención, pues ellos luchan contra muchos elementos incontrolables, el viento que zarandea su muleta, las inciertas condiciones del animal al que tienen que someter, y todo ello delante del público, cómodamente sentado con su implacable juicio. Se enfrentan al toro negro de la muerte, y salen al ruedo vestidos con el traje de luces, sublime y ridículo y ahí actúan en esa frontera límite, entre el sol y la sombra, entre la técnica y la indefensión, entre el arte y la carnicería grosera, entre el triunfo y el fracaso, finalmente entre la vida y la muerte . Escuchemos lo que le dijo Juan Belmonte a su biógrafo y evangelista, el gran Chaves Nogales - “La empresa era superior a mi imaginación y estuve a punto de fracasar, no por falta de dinero, sino por falta de fantasía, que es por lo que se fracasa siempre”
El hombre es un dios cuando sueña y un mendigo cuando reflexiona, escribió el poeta Hölderlin.
Aunque acabara recluido y demente en su solitaria torre.
Estamos en los bordes del abismo, en el cable sin red, también los empleados con sueldos fijos, también los heredados y los bendecidos por sus favorables destinos.También los que sueltan sus sermones en los púlpitos, los que sacan pecho en las tribunas del poder. Ellos son sólo los ilustres ignorantes, el público siente la llamada del espectáculo, siente que su verdadera vida está reflejada en la arena, en el cuadro, en el libro, ahí donde se ha dejado escrito lo que nadie se atreve a hablar, y los bufones y los toreros y los escribanos y los poetas son los mártires expuestos, los pobres gladiadores de esta época hipócrita, tan hipócrita coma cualquier época pasada donde murieron los héroes, donde murieron los salvadores, donde murieron los mejores.
No se trata de conquistar la gloria, el que camina por el abismo vislumbra la verdad, la única forma de llegar al conocimiento es exponerse, y tropezar y errar, nada hay más luminoso que el fracaso, nada tiene que ver todo esto con un deseo masoquista de atracción hacia el sufrimiento, las bienaventuranzas nacieron en esta tierra de reserva, en esta tierra de desheredados y rechazados. De qué te sirve ganar el mundo si pierdes tu alma.
Ese vislumbre de una verdad sin contornos claros es incomparable.
Y el hombre se encierra en la cueva y pinta el bisonte eterno.
Y el hombre traza las dos lineas de la cruz.
Y el hombre siente la tierra punzante en sus rodillas y y junta sus manos mirando al cielo.
domingo, 15 de febrero de 2015
LUCES EN LA CIUDAD
A Charles Chaplin había que entenderlo “como a un niño abandonado, una hoja de papel al viento, con sagradas escrituras, por las calles más pobres de Londres” dijo el escritor Max Eastaman, amigo de Chaplin.
Su hijo, Sidney Chaplin, declaró en una entrevista: " Nunca he conocido a una persona más insegura que mi padre, yo le decía - Padre, lo has conseguido, eres rico y famoso, tienes una mujer maravillosa, unos buenos hijos que te quieren- Pero él no lo sentía así, por eso hizo unas cuantas películas que son cumbres del arte.”
Una hoja de papel al viento con sagradas escrituras, ¡ah! que imagen tan precisa y hermosa.
Su hijo, Sidney Chaplin, declaró en una entrevista: " Nunca he conocido a una persona más insegura que mi padre, yo le decía - Padre, lo has conseguido, eres rico y famoso, tienes una mujer maravillosa, unos buenos hijos que te quieren- Pero él no lo sentía así, por eso hizo unas cuantas películas que son cumbres del arte.”
Una hoja de papel al viento con sagradas escrituras, ¡ah! que imagen tan precisa y hermosa.
sábado, 14 de febrero de 2015
LA ESPIRAL
De vez en cuando Dersu se cruza conmigo por los bosques, y también Goldmundo el escultor, y Narciso, el monje. Y Jünger me enseña , cuando llego al cruce de caminos, los brillos tornasolados de la coraza del escarabajo.
Cuando, ya de regreso, voy llegando a mi casa, Calvero y su trío tocan el violín en la calle, y María se cruza andando como una brisa, tiró la silla de ruedas. Carmen conduce su 4L, y Pedro me ofrece su chocolate negro.
Y entro en el estudio, y en mis cuadros se entremezclan los planos y la melodía está en el lienzo y los colores en la canción que invade las paredes de mi estancia.
Cuando, ya de regreso, voy llegando a mi casa, Calvero y su trío tocan el violín en la calle, y María se cruza andando como una brisa, tiró la silla de ruedas. Carmen conduce su 4L, y Pedro me ofrece su chocolate negro.
Y entro en el estudio, y en mis cuadros se entremezclan los planos y la melodía está en el lienzo y los colores en la canción que invade las paredes de mi estancia.
viernes, 13 de febrero de 2015
CIELOS AMARILLOS DE MADRID
Siempre me ocurre lo mismo, cuando siento la gran decepción, paseo por el río y miro hacia arriba, el cielo está cruzado por bandadas de grajillas, por los azulones, los cormoranes y las gaviotas, palomas torcaces, estorninos, las cotorras invasoras, algún zorzal, y es aquí en Madrid, en la rivera del Manzanares.
Cielos amarillos del atardecer, el mal no es una pesadilla, es tan real, es un hecho, y trae sus penosas consecuencias.
Pero este cielo dorado, diseminado de aves, me devuelve a la otra vida, a la belleza incesante, dos cigüeñas caminan tranquilamente por la orilla del carrizo, no levantan el vuelo al verme pasar en bicicleta.
Y yo sigo dando pedales y susurrando mi oración.
Cielos amarillos del atardecer, el mal no es una pesadilla, es tan real, es un hecho, y trae sus penosas consecuencias.
Pero este cielo dorado, diseminado de aves, me devuelve a la otra vida, a la belleza incesante, dos cigüeñas caminan tranquilamente por la orilla del carrizo, no levantan el vuelo al verme pasar en bicicleta.
Y yo sigo dando pedales y susurrando mi oración.
HADAS, SERPIENTES, HEROES
No sólo los sueños invaden el mundo racional, no sólo las corrientes turbulentas surgen en las profundidades del lago, también el equilibrio del pensamiento lúcido se cuela en nuestros peores sueños. Y combate siempre en inferioridad ante la violencia desatada del mundo salvaje. Ahí, en ese mundo sin freno, aparece la figura iluminada con la boca abierta y las manos extendidas, el viento huracanado ha enmarañado su melena rubia, la mujer milenaria clama justicia y bondad, quiere rescatar del sueño a su protegido, son los gritos del silencio en medio del vendaval. Y finalmente, se lleva las manos a la cabeza desconsolada, y observa sin remedio la victoria de las fuerzas oscuras, contempla atónita la única regla del sometimiento ante el deseo que se aniquila en su propio veneno. Ve como el héroe invencible en la luz del día, está sumergido en el sueño, quedó su pecho desnudo, con malas artes le robaron mientras dormía su escudo, y la serpiente amarilla se va deslizando por su cuerpo hasta morderle fatalmente en el corazón.
jueves, 12 de febrero de 2015
CAVANDO
Hay que soltar los exabruptos, los pesos horribles que depositaron en nosotros, pero no en cualquier lugar. Hay escritores impúdicos que ofenden a sus propias familias de por vida, que convierten su arte en terapia , creyendo que el arte todo lo acoge.
Mejor cavar un agujero en la tierra oscura y vomitar allí, y dejar ese peso insoportable y paralizante, bien enterrado y bien hondo.
Y volver a la levedad, que nada tiene que ver con la ingenuidad, ni con lo conveniente ni con lo formal.
Mejor cavar un agujero en la tierra oscura y vomitar allí, y dejar ese peso insoportable y paralizante, bien enterrado y bien hondo.
Y volver a la levedad, que nada tiene que ver con la ingenuidad, ni con lo conveniente ni con lo formal.
miércoles, 11 de febrero de 2015
EDADES
No creo en la sabiduría de la edad ni en la inexperiencia de la juventud, ni en el credo de unos o en los mandamientos del otro. Que no existen edades medias ni edades ignorantes ni edades sabias.
Creo sólo en las personas de cualquier edad que son capaces de amar, y si Dios es, es amor.
Es el amor el que nos hace grandes, es el amor el que nos hace abrazar y entender al otro hasta sentir que estamos todos en lo mismo, que no hay separaciones, que no hay mayor ficción que la individualidad escindida, que el cielo azul tiñe por la parte del sol nuestro rostro iluminado y que la noche cubre de sombras la otra parte de nuestra cara, que el olor del tomillo impregna nuestras manos y nuestra ropa después de tocarlo y que las canciones circulan de corazón en corazón hasta llegar al corazón unitario y total.
Que también estoy unido al anciano delirante que se cree superior, y al joven arrogante que se quiere comer el mundo, y al hombre de media edad tan lejos de uno como de otro, y que hay que reírse mejor que llorar para abrazar lo único que importa en la vida.
CRECIMIENTOS
Hay olas que revienen con su carga de arena y resaca, personas que se revuelven una y otra vez en su propia naturaleza, que pocos pueden decir que cambiaron, que consiguieron sobreponerse a sus carencias y sus debilidades.
En Oriente creen en la transformación, están los yoguis, los samuráis, la meditación, una persona cualquiera decide subirse al monte para vencer sus demonios interiores. Ahí, en las altas montañas residen los Lamas. No sé si esa revolución interior, ese trabajo activo de la oración diaria es efectivo, desde occidente seguimos mirando por encima del hombro. Aquí se busca el dinero, la riqueza, el poder. Toda esa búsqueda de espiritualidad y paz está situada en los márgenes, aunque las catedrales se construyeran en medio de las ciudades.
Yo sigo creyendo que la revolución pendiente es la educación, que el verdadero cambio necesario el individual, que el hombre que profundiza en su humanidad es capaz de transformar todo lo que toca, que no sólo la luz está en los cielos azules, que el hombre desconocido que camina a tu lado puede llenar la tierra que pisa de estelas luminarias.
En Oriente creen en la transformación, están los yoguis, los samuráis, la meditación, una persona cualquiera decide subirse al monte para vencer sus demonios interiores. Ahí, en las altas montañas residen los Lamas. No sé si esa revolución interior, ese trabajo activo de la oración diaria es efectivo, desde occidente seguimos mirando por encima del hombro. Aquí se busca el dinero, la riqueza, el poder. Toda esa búsqueda de espiritualidad y paz está situada en los márgenes, aunque las catedrales se construyeran en medio de las ciudades.
Yo sigo creyendo que la revolución pendiente es la educación, que el verdadero cambio necesario el individual, que el hombre que profundiza en su humanidad es capaz de transformar todo lo que toca, que no sólo la luz está en los cielos azules, que el hombre desconocido que camina a tu lado puede llenar la tierra que pisa de estelas luminarias.
lunes, 9 de febrero de 2015
VIDENTES
Todo nuestro vocabulario está creado para definir realidades objetivas, también para acercarnos a lo inefable, pero ahí, en ese otro terreno se muestra tan precario. “Alma", “espíritu", imagina qué son, qué forma tienen, qué color.
Todos caminamos vestidos con nuestros abrigos, las bufandas y los sombreros, nuestros ojos son verdes o castaños o azules, nuestra piel clara, oscura, y caminamos también con nuestros muertos, nuestros descendientes aún no nacidos, nuestras heroicidades y nuestros crímenes.
Siempre he reconocido de lejos a los que sólo veían nuestras ropas. Y de cerca a los otros, a los que eran capaces de percibir toda nuestra carga invisible, nuestros estigmas, todo ese peso inmaterial que abruma a los caminantes del mundo.
Todos caminamos vestidos con nuestros abrigos, las bufandas y los sombreros, nuestros ojos son verdes o castaños o azules, nuestra piel clara, oscura, y caminamos también con nuestros muertos, nuestros descendientes aún no nacidos, nuestras heroicidades y nuestros crímenes.
Siempre he reconocido de lejos a los que sólo veían nuestras ropas. Y de cerca a los otros, a los que eran capaces de percibir toda nuestra carga invisible, nuestros estigmas, todo ese peso inmaterial que abruma a los caminantes del mundo.
domingo, 8 de febrero de 2015
UNA PRESENCIA
Ella estaba ahí, contundente en mitad del sueño, surgida de un tiempo remoto, pero la reconocí al instante. Volví a la tierra prometida, así sucede cuando unos ojos nos contemplan con videncia, cuando otra mirada abarca nuestro ser en toda su dimensión. ¡ Oh, Dios ! Qué redención recibimos cuando ese rostro milenario de mujer nos abre las manos y nos hace sentir que sabe quienes somos, que conoce todos nuestros sueños, que estuvo ahí en los momentos estelares, que nos acompañó invisible también en la emoción de la soledad y del desgarro, cuando dimos amor y nos devolvieron desprecio, y nos salió el primer surco en la frente.
¡ Ah! La estupefacción acababa de empezar, subiendo por la cuesta del pánico, veía a la gente bajar carcajeándose. ¿ Qué hubiera ocurrido si hubiera tenido una visión global de los tiempos que estaban por llegar, si hubiera podido ver la tierra resquebrajada de mi frente venidera?. ¡Ah! quizá entonces me hubiera detenido paralizado; sabia es la vida que nos regala la incertidumbre y la ignorancia.
Fue esa presencia femenina la que me volvió a visitar, no la había vuelto a ver desde mi infancia, en aquellos tiempos era una imagen constante y familiar. Su sola visión me llevó hasta el manantial de saliva sanadora, a la lengua del perro que disipa las cicatrices hasta hacerlas desaparecer.
Hay un territorio interior salvaje, animal, incontaminado, ahí está nuestra ilusión intacta, nuestros sueños constituyentes, nuestra primera y última fuerza, nuestra energía imperecedera.
Todos los abismos se poblaron de estrellas, en algún momento así fue, aún contemplo los cielos con la misma incertidumbre.
Con la bendita ignorancia, roza mi mano el aire oscuro que hay por encima de mi cabeza, los espacios infinitos acarician mis dedos.
¡ Ah! La estupefacción acababa de empezar, subiendo por la cuesta del pánico, veía a la gente bajar carcajeándose. ¿ Qué hubiera ocurrido si hubiera tenido una visión global de los tiempos que estaban por llegar, si hubiera podido ver la tierra resquebrajada de mi frente venidera?. ¡Ah! quizá entonces me hubiera detenido paralizado; sabia es la vida que nos regala la incertidumbre y la ignorancia.
Fue esa presencia femenina la que me volvió a visitar, no la había vuelto a ver desde mi infancia, en aquellos tiempos era una imagen constante y familiar. Su sola visión me llevó hasta el manantial de saliva sanadora, a la lengua del perro que disipa las cicatrices hasta hacerlas desaparecer.
Hay un territorio interior salvaje, animal, incontaminado, ahí está nuestra ilusión intacta, nuestros sueños constituyentes, nuestra primera y última fuerza, nuestra energía imperecedera.
Todos los abismos se poblaron de estrellas, en algún momento así fue, aún contemplo los cielos con la misma incertidumbre.
Con la bendita ignorancia, roza mi mano el aire oscuro que hay por encima de mi cabeza, los espacios infinitos acarician mis dedos.
viernes, 6 de febrero de 2015
EJERCITOS SILENCIOSOS
Sería inútil polemizar sobre si la naturaleza del hombre es bondadosa o malvada, la realidad de los hechos está descompensada, como casi siempre ocurre con las matemáticas frías. Está descompasada porque la bondad construye paciente y lentamente y la maldad destruye, lo construido en siglos, de un solo golpe y casi instantáneamente, y ese dato desvirtúa toda estadística.
La bondad es silenciosa y la maldad estruendosa, eso nos lleva a sentir que vivimos rodeados de fuerzas negativas, de violencia, de falsedad.
Cuando veo a una persona verdaderamente buena siento una admiración profunda, y pienso que su camino habrá sido arduo, y me maravillo de que la persona haya podido realizarse, a pesar de los innumerables obstáculos, hasta llegar a su plenitud.
Cuando veo al malvado lo que siento es estupefacción, asombro, el monstruo, afortunadamente, es la excepción. ¿ En que momento su personalidad se pervirtió, qué le convirtió en ese ser fatal que irradia maldad?
La excelencia nos rodea, es un ejército que hace avanzar a la humanidad, y el progreso es real, está ahí, aunque quede mucho camino por andar.
La bondad es silenciosa y la maldad estruendosa, eso nos lleva a sentir que vivimos rodeados de fuerzas negativas, de violencia, de falsedad.
Cuando veo a una persona verdaderamente buena siento una admiración profunda, y pienso que su camino habrá sido arduo, y me maravillo de que la persona haya podido realizarse, a pesar de los innumerables obstáculos, hasta llegar a su plenitud.
Cuando veo al malvado lo que siento es estupefacción, asombro, el monstruo, afortunadamente, es la excepción. ¿ En que momento su personalidad se pervirtió, qué le convirtió en ese ser fatal que irradia maldad?
La excelencia nos rodea, es un ejército que hace avanzar a la humanidad, y el progreso es real, está ahí, aunque quede mucho camino por andar.
jueves, 5 de febrero de 2015
EL PORTUGUES
Cantaba sus canciones con una voz limpia, joven. La tez muy morena suavizada por el pelo ya gris, los ojos casi siempre cerrados, al abrirlos claros y grises, el pelo hacia atrás, la cara afilada, con esa intensidad que sólo había visto en La India, de una belleza exótica y rara.
Y la guitarra parecía unida indisolublemente con su voz. A veces tocaba solos con ella, y el mundo externo no existía, toda la corriente vital fluía armónica en su guitarra, permanecía en la música jugando con sus arpegios.
La primera vez que me paré a escucharle, cantaba “Las Ciudades”, esa canción -oración, del gran Jose Alfredo, y fue deslumbrante, te abría la puerta y te llevaba hacia adentro. Tenía un repertorio ecléctico, emocionaba tanto la voz como la guitarra. Cantaba a menudo “Tocando Em Frente”de Maria Bethânia, y “ Estranha forma de vida” de Amália Rodrigues.
De tanto pararme a escuchar sus canciones, nos hicimos amigos. Hablaba susurrante, apenas audible, con frases sentenciosas, pero lo que de verdad le gustaba era escuchar, era su expresión la que te acompañaba, y su sonrisa. Nunca supe mucho de él, tenía la cualidad de hacerse invisible, incluso en los breves momentos en los que hablaba de si mismo, sus palabras eran un escudo tras el que se ocultaba.
Llevaba unas botas inglesas siempre limpias, de un color castaño profundo, comía con unas formas exquisitas, vestía sencillo, era extraño que estuviera en la calle.
Supe que traspasó sus propiedades y su fortuna a su hija, allá en el sur de Portugal, que se separó de su mujer, que vivía al día, sin angustias económicas y sin guión alguno.
Se reía diciendo que le gustaba caminar en dirección contraria, en vez de acumulando, desprendiéndose de todo, y que en esa ligereza era feliz.
La última vez que le vi me dio un abrazo prolongado: -“ Me voy a mi tierra, voy a pasar una temporada con mi hija, ella sigue en mi, de ella no consigo desprenderme”- y se reía melancólicamente en portugués.
Tengo un CD con su guitarra y sus canciones, él está en su voz, emoción pura, eternamente joven, elegante.
Y la guitarra parecía unida indisolublemente con su voz. A veces tocaba solos con ella, y el mundo externo no existía, toda la corriente vital fluía armónica en su guitarra, permanecía en la música jugando con sus arpegios.
La primera vez que me paré a escucharle, cantaba “Las Ciudades”, esa canción -oración, del gran Jose Alfredo, y fue deslumbrante, te abría la puerta y te llevaba hacia adentro. Tenía un repertorio ecléctico, emocionaba tanto la voz como la guitarra. Cantaba a menudo “Tocando Em Frente”de Maria Bethânia, y “ Estranha forma de vida” de Amália Rodrigues.
De tanto pararme a escuchar sus canciones, nos hicimos amigos. Hablaba susurrante, apenas audible, con frases sentenciosas, pero lo que de verdad le gustaba era escuchar, era su expresión la que te acompañaba, y su sonrisa. Nunca supe mucho de él, tenía la cualidad de hacerse invisible, incluso en los breves momentos en los que hablaba de si mismo, sus palabras eran un escudo tras el que se ocultaba.
Llevaba unas botas inglesas siempre limpias, de un color castaño profundo, comía con unas formas exquisitas, vestía sencillo, era extraño que estuviera en la calle.
Supe que traspasó sus propiedades y su fortuna a su hija, allá en el sur de Portugal, que se separó de su mujer, que vivía al día, sin angustias económicas y sin guión alguno.
Se reía diciendo que le gustaba caminar en dirección contraria, en vez de acumulando, desprendiéndose de todo, y que en esa ligereza era feliz.
La última vez que le vi me dio un abrazo prolongado: -“ Me voy a mi tierra, voy a pasar una temporada con mi hija, ella sigue en mi, de ella no consigo desprenderme”- y se reía melancólicamente en portugués.
Tengo un CD con su guitarra y sus canciones, él está en su voz, emoción pura, eternamente joven, elegante.
miércoles, 4 de febrero de 2015
FUNANBULISTAS
No sólo el cantante que sale al escenario siente pánico. También el escritor ante la página en blanco y el pintor frente al lienzo. El cantante está urgido por el escenario, el público espera, no hay más remedio que salir. El escritor se puede demorar, el pintor cerrar el estudio, cuantos lo van dejando para no volver jamás. Mirarse en el espejo de la propia obra es muy duro, otros no abandonan pero necesitan estimulantes, estupefacientes, meterse un chute de auto afirmación, creérselo.
He conocido algún pintor muy ufano de si mismo, se creía guapo, genial, talentoso, hacía una pintura cursi, pretenciosa, no hay nada menos elegante que querer serlo y dictar lecciones. En verdad era un estúpido con algunas dotes y muchas carencias.
Lo que más abunda en nuestra tribu de artistas es la mirada adolescente, ese sentimiento de equilibristas sin red, esa mirada de náufragos en busca de alguna isla cálida y fértil.
Los hay ensimismados, los hay renegados y desertores, los hay camaleónicos y también están los reptiles trepadores.
Los mejores se tropiezan de vez en cuando, aunque acaban traspasando los objetos sólidos, no suelen ocupar lugares visibles, pero están ahí, como el rumor del viento, como el polen en el aire, como el liquen en la roca, como el perfume en la flor.
He conocido algún pintor muy ufano de si mismo, se creía guapo, genial, talentoso, hacía una pintura cursi, pretenciosa, no hay nada menos elegante que querer serlo y dictar lecciones. En verdad era un estúpido con algunas dotes y muchas carencias.
Lo que más abunda en nuestra tribu de artistas es la mirada adolescente, ese sentimiento de equilibristas sin red, esa mirada de náufragos en busca de alguna isla cálida y fértil.
Los hay ensimismados, los hay renegados y desertores, los hay camaleónicos y también están los reptiles trepadores.
Los mejores se tropiezan de vez en cuando, aunque acaban traspasando los objetos sólidos, no suelen ocupar lugares visibles, pero están ahí, como el rumor del viento, como el polen en el aire, como el liquen en la roca, como el perfume en la flor.
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