martes, 17 de febrero de 2015

GENTE BUENA EN TIEMPOS DE MAL

Me gustan los cuentos clásicos, donde los papeles están asignados, el bueno, el malo, no como en las novelas y películas modernas, en las que todo es tremendamente inteligente y reinan los matices y todos son buenos y malos a la vez. Pero esa radicalidad, la separación tajante del mal y del bien tampoco es una ingenuidad infantil.
La verdad es que hay malvados en la vida real, y también gente buena, gente tan heroica que es capaz de poner su vida en riesgo para salvar la vida del prójimo, aunque este sea, oficialmente, su enemigo.
Recuerdo un libro impresionante, con un título revelador: “ Gente buena en tiempos de mal”.
Lo escribió Svetltana Broz, nieta de Josip Broz, más conocido como el Mariscal Tito de la antigua Yugoslavia, y se refiere a la guerra de Bosnia, tiempo de genocidios y violaciones, tiempos de locura y asesinatos entre vecinos de toda la vida, de nacionalismos y separatismos, de luchas religiosas, aunque la religión sea etimológicamente lo contrario: religar y unir .
Tiempo monstruoso en el que había gente de bien que se jugaba la vida por amor al hombre, gente de bien a la que no se le nubló la mirada por el odio circundante.
La periodista y cirujana Svetlana Broz, recorrió seis mil kilómetros recogiendo testimonios escalofriantes de los horrores de la guerra, pero sobre todo de esa gente buena que lo sigue siendo en las peores condiciones, cuando las circunstancias justifican el sálvese quien pueda.
Y volviendo a los cuentos, los hermanos Grimm tuvieron que hacer cambios en sus relatos porque los lectores no soportaban la dureza de sus cuentos. Ellos decían que no habían escrito esos cuentos para los niños, sino para todo el mundo, también para los adultos. Y no se quejaban los niños, sino los adultos.
A nadie le gusta la caricatura, la contienda desequilibrada, la obra de arte tiene que ser total. Convertir al malvado en héroe de la película pudiera tener, en el origen, una intención crítica, pero acaba convirtiéndose en lo contrario, proyección del mal, banalización de lo peor, nuestras calles están llenas de chorizos con prestigio social, ¡ah! que listos son, sortearon a la justicia, se enriquecieron, los delitos prescriben, para las víctimas todo esto es difícil de encajar.
Creo que el esquema tradicional del cuento duro y claro seguirá funcionando siempre por la razón de que está ligado a nuestros más profundos anhelos. Las brujas tenebrosas, las hadas buenas, los héroes salvadores, la gente humilde explotada, los poderosos y sus abusos, David contra Goliat, la vida misma, nuestros sueños, nuestras realidades.

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