Días en que una corriente de amor te arrolla dulcemente, todo va adquiriendo un sentido, el tiempo de la realización es lento, la roca va adaptando su curva tras años de erosión, el agua va puliendo la piedra, el amor va llegando silenciosamente.
Subía temprano a Madrid, y por la ventana del coche veía a las mujeres maduras con gafas de sol y ropa de hacer ejercicio, quieren mantenerse en forma, envejecer es duro. Ver como se va arrugando nuestro rostro, el cuerpo desprendiéndose, la belleza marchitándose. Todos nos agarramos a la fuerza de la juventud, a la tersura de la carne, queremos perpetuarnos en la belleza.
Y Belén le pregunta al padre Ignacio por el sentido de la vida eterna, y él, aunque es un sacerdote, se queda sorprendido por una pregunta fuera de su contexto ordinario, no están en el templo, están bajo el sol espléndido de Junio, rodeados por los enebros y las colinas amarillas, en la cuenca del Guadarrama.
La vida , Belén, hoy y en la eternidad, es sólo amor, lo demás es humo.
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