Cuando la enfermedad te asalta, y no se puede conciliar el sueño y llega el nuevo día, todo se ve distinto. Es difícil vivir en sintonía. El cuerpo necesita descansar, la mente aquietarse, y entonces, tras el descanso, el nuevo día es nuevo en verdad y todo se renueva.
Uno de mis escritores preferidos es Cioran, un insomne crónico. Su escritura es inclasificable, filosofía, notas autobiográficas, retratos, crítica literaria, y todo siempre desde un talento gigante, desde una originalidad insobornable, también sus escritos están tocados por la poesía. Y es curioso, este rebelde que nos habla del suicidio, que nos enfrenta a los abismos y al sin sentido, está , paradójicamente, transmitiéndonos una fuerza vital enorme, a su manera es un místico descreído, y tiene la sensualidad y la transparencia de los mejores trascendentes.
Se necesita mucho amor enraizado en las entrañas, para sobrevivir al insomnio, a la soledad, al exilio, y seguir, sin vanidad y sin fe, escribiendo por nada, viviendo porque sí.
Creo que heredó lo mejor de su aldea rumana, en las montañas, cuando en su infancia se pasaba las horas con los pastores solitarios en las cumbres, inmerso en el silencio y en la belleza, dejando pasar las horas junto a aquellos hombres bíblicos. Esa libertad sin horas, antes de entrar en cualquier escuela o disciplina, le embriagó para siempre.
Es ese silencio misterioso el que está oculto bajo sus gritos rebeldes, sus obsesiones recurrentes, su pensamiento antisistemático.
E.M.Cioran (1911-1995) Rasinari, Rumanía, hijo de un pope de la iglesia ortodoxa, se exilió hasta de su propio idioma, escribió la mayor parte de su obra en francés. Llegó a Francia becado por el Instituto Francés en Rumania, para hacer la tesis de su doctorado. Como no tenía claro sobre qué materia escribir, decidió recorrer toda Francia en bicicleta. Finalmente nunca entregó ni acabó esa tesis, pero como él dijo-" Es mejor tener a Francia entera en las piernas, que haber hecho una tesis cualquiera" . Fue un hombre libre a la manera oriental, no tenía necesidades materiales. Son suyas las páginas más bellas que yo haya podido leer. En pocos libros he visto tanta luz como en " Ejercicios de Admiración". Es ahí, cuando vuelca su pasión admirativa sobre las personas que le llegaron de alguna forma, cuando saca lo mejor de si mismo. Cioran convierte en grande cualquier género, hasta un breve retrato sobre alguna desconocida que pasó por su lado. Su intensidad nunca decae, pues siempre escribió lo que le dio la gana, solamente aquello que le acompañaba una y otra vez, y que no tenía más remedio que soltar, un peso insoportable que él acabó soportando estoicamente. Nos ha dejado unos cuantos libros hermosos e incatalogables. El se definió a si mismo como un filósofo aullador. Creo que "Genio", esa palabra tantas veces mal usada, nos acerca a lo que en verdad fue Emil Cioran.
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