Amanece por fin azul en Auritz/Burguete, la luna permanece arriba, llena y brillante, con la primera luz del día, las nubes pasan ingrávidas y los árboles y las montañas van dejando ver su color, saliendo de la oscuridad. Nos esperan las cumbres del Pirineo Navarro.
Nos vamos adentrando en el Valle de Aezkoa, Christian nos dibuja con sus palabras el escudo de este valle, un roble con un jabalí , y nos habla de la gente que puebla estos bosques y estas montañas, tienen la nobleza del gran árbol, el roble, y la tenacidad y el carácter luchador del jabalí. Otro día mas, nos esperan rampones del 25%, desfiladeros de vértigo, hayedos musgosos, carreteras estrechas de montaña, y la belleza allá arriba en las cumbres, que conquistaremos pedaleando. Formamos una estela silenciosa en la que nos vamos dando relevos, una estela en la que no faltan las risas, las confidencias; es la misma lluvia la que nos ha calado, el mismo frío en las alturas el que se nos ha metido en los huesos, hemos atravesado la niebla, hemos conquistado los puertos, algunos en el umbral del dolor, otros a paso paraíso. Hemos hecho descensos hasta quedarnos sin frenos y con dolor en los brazos. Ya hay una hermandad, la bici no sólo muscula el corazón y talla las piernas, también establece lazos de amistad profunda. Nos une la locura sagrada de los escaladores, los que disfrutamos sufriendo, los que buscamos nuestros propios límites, y sabemos que esa raya en el suelo siempre puede estar un poco más allá. Hay un silencio mientras subes que te devuelve a lo más profundo de tu ser. ¿ Qué es lo que piensa un ciclista mientras escala un puerto ? Silencio total. Eres la pradera verde y la roca del desfiladero, eres el águila que sobrevuela la cumbre, eres el dolor de tus piernas, la rodadura en el asfalto que avanza, eres ahora el 9, el 11, el 18% de la pendiente, eres tu respiración, te visita tu pasado en el presente y como un pájaro blanco te saludan tus muertos, tus amores, tus hijos, tus ancestros, es la espiral entera de la vida la que se mueve al ritmo de las piernas, y tu mirada al frente, sin una queja, sin un lamento, y la plenitud al llegar a la cima, y también un sentimiento de humildad y de grandeza, la humildad propia, la grandeza de la cumbre. Y esas cimas tienen nombres, nombres que se guardan en el corazón y ahí quedan grabados: Errozate, Tapla, Aitza, Sorogain, Lindux, Arnostegi, Ahuski, Ibañeta, Lapizea, Erro, Urkiaga, Artaburu, Asketa, Urkulu.
Y los ciclistas capitaneados por Jon Beunza, de Orbara.
Paco, Christian, Antonio, Balta, Jon Mikel, Quim, Felix, Juanlu, Joserra, Arkaitz, David. Y Antxon para registrar imágenes increíbles. Y el gran Angel Mari, que nos salva a todos con sus avituallamientos y su humor.
Cuantas imágenes quedan guardadas en el corazón escalador del ciclista.
Muy bonito, Pedro. Ojalá podamos repetir un año más. Un abrazo.
ResponderEliminarJoserra