Apoyo mi cabeza en la mano, los pinceles en el suelo, y escucho una canción, y va entrando dulce, y vivo esa voz, y vive en mi y me vive, es otra vida y es la mía, aparecen otros territorios, glorias compartidas y otros infiernos superados, y nada importa tanto, puedo reír y puedo llorar, vamos a seguir viviendo, así como siempre, sin fingir, vamos a seguir como quien no quiere la cosa, como quien lo quiere todo.
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