Es la palabra clave para los blues-man, "Cross Roads", cruce de caminos, allí se produce el pacto con el diablo, que te convierte en un guitarrista con el toque mágico, ese don que te hace llegar a los demás, esa diferencia entre ser mediocre o un elegido, esa capacidad extra para ser un catalizador del sonido que produce la música y llevarlo más allá. En el páramo con el gran árbol seco, allí donde se cruzan los tres caminos, allí se produce el sortilegio.
Y ocurre con todas las demás artes. El talento es un don que lleva consigo su propia sombra.
No creo tanto en los pactos, y menos cuando Lucifer anda por en medio.
Si creo que todo tiene un cierto equilibrio, y que los privilegiados que recibieron el don del talento, conseguirán su propia belleza bebiendo de la fuente de su elección, de su destino, de su propia vocación. Por que la vida es sombría, y el dolor anda merodeando por todos lados.
Ese es el pacto, ver el dolor con otros ojos, verlo como una fuente de luz, no es otra cosa en verdad.
A Howlin' Wolf le preguntaron qué era el Blues, y dijo: " Mira tío, cuando no tienes casa, ni mujer, ni un dólar en el bolsillo, y coges tu guitarra y cantas, eso es el Blues".
Y cuando has resucitado ya varias veces, y los tres caminos se cruzaron en medio de tu corazón herido, puedes utilizar el pigmento de la alegría y lo que aparece en el lienzo no necesita ya ningún retoque más.
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