jueves, 23 de octubre de 2014

El ESTADO DE GRACIA

En la travesía de pintar, el encuentro suele ser azaroso, el estado de gracia exige una predisposición, pero uno tiene la sensación de que el cuadro fue una mezcla de conquista y de regalo, un hallazgo que nos fue brindado. Ocurre lo mismo con lo mejor y lo peor que nos sucede en la vida: Nos sentimos juguetes del destino. No elegimos nuestro cuerpo, ni nuestra familia, todo eso nos fue dado. Lo podemos manejar en nuestra pequeña medida, pero, en lo esencial, somos receptores más que hacedores.
Por eso el hombre es un ser tan desvalido, "tan dejado en el mundo", decía Saint- Exupéry.
Hay que saber recibir con las manos abiertas, y en las horas de búsqueda, seguir andando, pintar sencillo, aunque el universo sea complejo, inaprensible, inabarcable.

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