Los nacidos de un dios o una diosa y de una persona humana eran los héroes de la mitología antigua. Personajes trágicos, pues eran menos que dioses pero más que seres humanos, ahí en esa tierra de nadie, se movían Hércules y Aquiles y Eneas.
Eso somos todos, una mezcla de dioses y seres terrenales, todos expulsados del paraíso, con las raíces del corazón enroscadas en la arcilla y las raíces del alma volando por los cielos.
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