jueves, 26 de marzo de 2015

ARBUSTOS Y ARENA

La espiritualidad y el arte tienen su propio territorio, el mensaje de Lao-Tsé se produjo en el siglo VI antes de Cristo, y las cimas de la espiritualidad no se superan, el que llega, es.
La invención de la anestesia nos libera del dolor a todos, pero la salvación, la iluminación,  el reino de los cielos o como quieras llamar a la gloria de cada uno, es un camino de liberación individual. El maestro te puede llevar hasta la orilla, pero para entrar en el río y cruzarlo, eres tú el que tienes que dar el primer paso.
En el arte ocurre algo parecido, cada uno de los grandes alcanzó su cumbre de belleza, en cualquier época están los que poseen el don, el toque que convierte a una pintura en algo único, da igual que sea un pequeño apunte que el fresco de una inmensa bóveda.
Y mirar hacia atrás en pintura da vértigo. Uno tiene la sensación de que el arte pictórico hoy es un juego de mal gusto, quizá la belleza se ha desplazado a otros lugares, pero escasea en los talleres de los pintores contemporáneos. El arte va a trompicones, el jardín de los pintores está sin agua, así que no soñemos con verdes praderas, habrá que hacer humildes jardines de arbustos y arena.

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