viernes, 30 de octubre de 2020

LEGALIDAD VIGENTE

 Intentamos sobrevivir entre emergencias, nos niegan trabajo, movilidad, nos tutelan como si fuéramos niños sin rumbo, y los que nos tutelan andan mucho más perdidos, pues su única meta y su verdadera inquietud es mantenerse al mando y llenar su propia bolsa.

 La burocracia nos hunde, nos impide amar, ocuparnos de los verdaderos asuntos vitales, el amor, despedir a los muertos, acompañar a los enfermos, seguir mirando y crear belleza, tener espacio para nuestras certezas y nuestras dudas, vibrar con lo esencial. 

¿ Dónde queda todo eso?

¿ Qué es una actividad esencial?

¿ Verdaderamente tiene el gobierno de cualquier nación potestad para declarar qué es esencial y qué no?

 La verdad es que uno creía que había ya vivido casi todo y asisto estupefacto a esta vileza sin nombre, a este descaro impune, a esta mentira abrumadora que ha conseguido que nadie se asombre de la mentira  anterior, pues viene inmediatamente la siguiente que la hace olvidar, y ambas van a parar a una invisible bola de nieve en aumento.

Intento ver en mi corriente subterranea aquella noche mágica de silencio y amor mientras nevaba, el día que aprendí  a atarme los cordones de los zapatos, la tarde oscura en aquella iglesia de Dublín dónde vi en el rostro de la pálida monja, el primer muerto de mi existencia viva.

La vida es intensa, ardua, agotadora, sublime y dolorosa, pero siempre verdad.

Pero la burocracia y el boletín oficial del estado, pueden llegar a ser una tragicomedia penosa  gobernada por la gran nebulosa de los nombres abstractos, el estado, las siglas varias, tras las que se camuflan, a menudo, los peores.  Asistimos a una oleada invasora de ambición material desmedida, disfrazada hipócritamente, de bien común.

Creo que fue un político el que dijo: -" Al amigo, hasta el culo, al enemigo por culo, al indiferente la legalidad vigente"

Dan ganas de gritar ... o de rezar.


30 Octubre 2020