viernes, 29 de julio de 2016

LA ROCA NEGRA DEL ACANTILADO

En el ajetreo diario, la vida se esconde tras la burocracia de la supervivencia.
Pero una buena tarde te sientas en la roca negra del acantilado y el tiempo adviene, su presencia lo llena todo, no es el tiempo del calendario que galopa hacia delante, es otro tiempo, es el tiempo total ajeno a las medidas, el presente continuo está lleno de infancia, de noches de amor suspendidas, de revelaciones que nos trajeron otras tantas resurrecciones, de ciertas muertes que dejaron sus cenizas, de visiones del mañana ya vividas tan reales como la encarnación que nos conforma.
Y te llegan los susurros de las frases que alguien no se atreve a pronunciar y las razones ocultas que explican lo inexplicable, y el misterio del origen vuelve a brillar potente e inmarcesible y el tedioso sentido común se pone en el horizonte junto al rey sol.

miércoles, 27 de julio de 2016

GEORGE STEINER

El sabio ilumina, no tienes necesariamente que estar de acuerdo con él, pero el verdadero maestro siempre te remueve, te hace pensar, te obliga a interrogarte a ti mismo, y muchas veces encuentra las palabras exactas para explicar con precisión eso que en ti estaba en el terreno de la intuición o de lo inefable. Leo con gusto a George Steiner, sus libros siempre son magistrales, su crítica literaria o filosófica es siempre original; él es un verdadero desbrozador de caminos, sus palabras convierten los laberintos más intrincados en sendas despejadas y luminosas.
Su autobiografía " Errata", su ensayo " Nostalgia del Absoluto", o " Los Libros que nunca he escrito", por citar sólo unos pocos, son siempre obras maestras de un rigor y una profundidad excepcional.
En esta ocasión leo una entrevista que le hace Laure Adler, y que toma forma de libro: " Un largo sábado". Cuando habla el Maestro lo mejor es retirarse, aquí va un fragmento con toda su carga de confesión , humildad y sabiduría. No es un anciano académico pronunciando solemnidades, es un hombre que ha vivido a fondo y habla con libertad desde sus adentros:
         " Si soy lo que soy, eso se debe a que no he sido un creador. Es una tristeza muy profunda. Me gustaría decir que hay en eso una dimensión biográfica, en la gran tradición judaica que tan a menudo me toca traer a colación. Mi padre estaba convencido de que crear algo estaba bien pero era muy sospechoso. Ser profesor es la condición suprema. Además la palabra " rabbonim ( rabino) quiere decir profesor. Es una palabra puramente secular; nada sagrada. Ser un "rabbonim".
Pero me ha faltado esa inocencia del verdadero creador, esa convicción del valor del riesgo último.
La entrega debe ser total. Riesgo de vida, de muerte, de desgracia, de deudas, nada importa si uno debe vivir lo absoluto, donde no hay nada más, donde todas esas pequeñas virtudes burguesas dejan de existir.
¡Ah! pero no tuve el valor de volverme lo suficientemente loco como para consagrar mi vida a ese juego..."

domingo, 24 de julio de 2016

AQUELLA VOZ

La voz sonaba limpia, el hilo de la melodía afinada con las distintas intensidades de la emoción, iniciaba sus recorridos con delicadeza y llegaba a sus cumbres con naturalidad, había una armonía suprema y al llegar a su cercanía encontré su recipiente. La cantante era una señora vieja, su figura descuidada, gorda, pasé delante de ella y quizá no pude evitar mi cara de asombro, mi imaginación había dibujado el rostro más bello que pudiera existir, un rostro a la altura de la belleza de su voz.
Quizá los ciegos saben escuchar el alma a través de los sonidos, y conocen los días cuando el aire acaricia su rostro con el primer rayo de sol.
¡ Ah! La vista no es ecuánime y cuántas veces nubla el entendimiento.
Establece su propia jerarquía injusta.
Me fui alejando de aquella sublime voz, y sentí que para saber ver había que cerrar los ojos, para escuchar atravesar la inmaterialidad de los sonidos y para vivir armonizar los cinco sentidos sin quedar cautivos en la forma.
Seguí caminando y empecé a sentir el laberinto continuo por el que se movían mis pies.
A la altura de mis ojos volaban infinidad de anzuelos y quizá la sabiduría consistiera en saber eliminar el hambre para no picar ninguna de esas trampas mortales.

lunes, 18 de julio de 2016

EL RAYO SAGRADO

Hay que vencer una resistencia insuperable, he ahí el gran enigma: para ser, debemos trascender nuestra propia condición humana.
Ese es el gran milagro de la existencia, llegar a la gran humildad de saber que no se puede y sin embargo seguir, abrazar el sueño imposible, entrar en el delirio como entra el soldado situado en la primera linea de combate.
Ante el amor, ante la belleza, ante la verdad, ¡ah!, quienes se acercan y se adentran, en esos territorios sagrados, deben sufrir una operación quirúrgica sin anestesia.
Ante ese dolor insoportable, la única defensa que nos ofrece la naturaleza es el desmayo, la muerte instantánea transitoria.
Lo salvaje deja un rastro, el que muere del golpe, muere sin morir, el cuerpo físico se expande y se contrae, todo llega y todo sale, la conciencia se libera y encuentra, por fin, su territorio original.
El milagro sucede en ese estado de vida latente que se ha abrazado a la muerte.

Anestesia: Esa es la otra vía, eso es lo que nos ofrecen, el sentido común ha forjado esa sustancia que adormece dulcemente y elimina la conciencia.

Sin embargo todo lo que me constituye, lo que me ha hecho más profundamente humano y compasivo, estaba tras esa puerta oscura y salvaje.
Ahí, en esa zozobra, en ese dolor sin límites, en esa muerte transitoria, tuve una percepción que ha quedado sellada en algún lugar de mi cerebro como la imagen sin contornos de la vastedad del espacio inmaculado, del rayo que se ve con los ojos cerrados, de la luz que está más allá de la oscuridad más profunda.

La vida continua, soy un visitante transido, un turista que disfruta de una breve o larga vacación, quién sabe.
Sigo siendo un soldado obediente. Trazo círculos en el aire con mi espada de paz.
No permito que la grasa se acumule en mis brazos ni en mi abdomen.
Estoy preparado aunque sé que nunca estás suficientemente preparado.
Pronuncio mis oraciones.
Dejo la mente en vuelo y estoy aquí y allá, no hay antes ni después.
Sólo la cicatriz que quedó en el lado derecho de mi frente, me trae el vago recuerdo del rayo sagrado, de la luz oculta, del trance invisible, de la letra que no está en el abecedario.

18 Julio 2016

martes, 12 de julio de 2016

ARACELI Y MANUEL EN FONTANARS DE ALFORINS

La casa amarilla en mitad del viñedo, en la meseta del valle, en Fontanars de Alforins, bajo la serra grossa, montaña media y maciza. A medida que el sol va subiendo y el día avanzando, la sombra se apodera del jardín natural, los nogales, las higueras, los ciruelos, el olivar recoleto, el pozo, todo invita al silencio, apenas rota su cadencia por el carraspeo de las urracas, el canto del abejaruco en lo alto del cielo azul y el silbido amarillo de la oropéndola oculto en la vertical del ciprés.
Cruce fronterizo de territorios, reminiscencias manchegas, Alicante, Albacete, y en el horizonte, Levante, el cielo empastado del mar mediterráneo.
La tierra roja serpentea entre el verdor de la viña, bajo el sol  el aire es de fuego en estos primeros días de Julio, en la sombra la brisa acaricia mientras maduran las ciruelas y las brevas.
En el Cipreret, así se llama la casa de A.Mazarredo, los techos de adobe y las irregulares vigas, los suelos de barro, todo es cálido y tiene la medida humana del equilibrio y la comodidad, todo está tocado con la sencillez campesina.  En la penumbra interior, los libros en las estanterías y el retrato del ancestro marino, con uniforme de gala, hacen girar las estancias hacia la elegancia y la armonía del buen gusto, colores otoñales o verdes como el envés de las hojas de las encinas. En la mesa un libro del Club Nacional( Lima), hace sentir la presencia de Manuel, con su figura de actor, su humor displicente, su ternura, su desapego elegante, su irresistible seducción. ¡ Ah !, ¡ Los seductores también caen enamorados y dejan su tierra cuando ven a la mujer  que resucita el corazón dormido!
 Un peruano en Alforins: desde el otro extremo del planeta, cruzando los océanos, por unos ojos azules. La patria es ella, ella es la tierra, ella el hogar.
Y en esa tierra levantina él se dedica a elaborar los sabrosos jugos de la vid, el exquisito vino de Fontanars. En esta meseta recóndita ha encontrado su paraíso, tierra acogedora cerca del mar.
Bajo estos cielos, algunos afortunados encontraron la felicidad.

viernes, 8 de julio de 2016

MAESTROS EN LA RESERVA

Se pasó la vida disimulando, hablaba con una voz susurrante, andaba dando grandes pasos a cámara lenta, vestía siempre con colores agrisados o pardos, llevaba el pelo rapado como un miliciano o un monje, su dentadura era perfecta y blanca, su sonrisa era como un hogar al que se llega, jamás le oí dar un consejo a nadie, ni soltar un sermón, ni discutir sobre política, religión, ética; no censuraba nunca los comportamientos humanos.
Quiero decir que era un ser humano de una dulzura inmensa y sin embargo, bajo su forma elegante, se desbordaba la fuerza y el ímpetu.
Creía en la gente, tenía una visión alejada de cualquier estereotipo: éxitos , fracasos, dinero, poder, clase social, status adquirido, todo eso le resbalaba. Él veía al ser radiografiando hasta llegar a la esencia de las personas, y todas esas capas de la celebridad o el descrédito le resbalaban.
Fe en la vida, subía por los senderos montañosos, cerca ya de los 80 años y nadie podía seguirle.
No necesitaba gafas para leer ni tampoco para divisar , desde las cumbres, los valles lejanos.
Se fue, ya en la madurez, a los Estados unidos, allí dirigía, en la universidad de Harvard, a un equipo de astro físicos que investigaban la relación entre la física y la biología, la aplicación de la física teórica al conocimiento del universo y al origen de la vida.
Quizá por eso, miraba a todos como a especímenes únicos, irreemplazables, milagros cotidianos que han desembocado en seres vivos, cuya mera existencia da sentido a la vida.
He leído hace unos días en el periódico su muerte, había cumplido 93 años.
Tengo unas fotos suyas que le hice en una caminata por la montaña, tendría él entonces 77 años.
Siempre he tenido ese retrato en la reserva.
Esa cabeza tallada y angular, sin edad, bella, de ave rapaz que se alimentaba de aire y eternidad.
Un día de estos, cuando pueda retirarme,( uno no se retira para dejar de trabajar, sino para hacerlo mejor en libertad), empezaré la galería de mis retratos favoritos, esos seres queridos que me enseñaron, que me hicieron crecer. Ellos van a dirigir mis pinceles hacia la fuerza y la libertad.
Que así sea.

8 Julio 2016

martes, 5 de julio de 2016

CAMINANDO EN LA PARADOJA

Cuando veo a los seguros de si mismos, a los prepotentes que se creen invulnerables y piensan que el prójimo está siempre un escalón por debajo, acabo suponiendo que ya les llegará su hora, su hora de aprender, pues el soberbio lo es sobre todo por ignorancia, al ególatra le falta el tramo oscuro del camino, la noche llega y una linterna sirve para dar el primer paso pero impide divisar el horizonte.

Estamos todos moviéndonos en la paradoja, ir en una dirección supone ver ejércitos de caminantes cruzarse contigo en el mismo camino pero en dirección opuesta. Muchas veces, más veces de las que quisiéramos, llegamos al pueblo ansiado y lo hallamos desierto, era sólo un pueblo fantasma y la fuente está seca.
Así que debemos continuar nuestro camino, y lo que creíamos era meta no era más que un recodo del trayecto.
Conozco grandes músicos que adoran tocar su instrumento pero sienten pánico de salir al escenario, grandes deportistas que deben viajar todas las semanas de un extremo al otro del planeta y no soportan viajar ni salir de su casa, pintores con alergia al aguarrás, escritores hiperactivos que no logran estarse quietos en su mesa de trabajo, toreros que jamás matarían ni a un mosquito y van sorteando las hormigas del camino para no pisarlas.

Eso es vivir, llorar por dentro y sonreír por fuera, estar feliz y abrazar al amigo que llora, triunfar y sospechar que uno no es más que un farsante, ser escritor y no haber publicado jamás un libro, recibir el premio de la confirmación y recordar en ese mismo instante al maestro que supo huir en el justo momento y permanece libre en el inmenso olvido.
Y caminar con la grajilla cenicienta en el hombro izquierdo y el ruiseñor cantor en el derecho.


5 Junio 2016

viernes, 1 de julio de 2016

LO ABSOLUTO

Todos nuestros apetitos regresan, se instalan en nuestros cuerpos, nos hacen aliados del placer, adictos a los sabores,  los sonidos, el tacto, los olores.
El hambre se sacia, el sexo culmina y pacifica, pero hay un apetito que siempre está ahí por debajo de todos los demás, contagiando a todos como una raíz que manda su sabia a las ramas que afloran en la superficie, como un gran lago subterráneo del que tiran todos los ríos que atraviesan la tierra.
El anhelo nunca satisfecho de lo absoluto.