viernes, 8 de junio de 2018

VIEJO PRODIGIO

Pintar con la parte original, pintar desde el primer impulso, pintar olvidando todo lo leído, todos los cuadros vistos, todo lo adquirido.
Ya en el umbral de la última parte de la vida, activar la espontaneidad, la ilusión primera, el juego mágico, pintar con el corazón, con el ritmo perfecto del latido sano, huir de la parálisis técnica, del sobre análisis, dejar que sea el propio cuadro el que te lleve en volandas hasta la sabiduría del viejo que nunca jamás perderá la ilusión del niño.
En casi todo se va perdiendo, mas en la pintura se va creciendo hasta llegar al viejo prodigio.
Casi me da vergüenza reconocer la felicidad del silencio en el Estudio, el estado de gracia que llega tras horas pintando, la eternidad y la cercanía del misterio, el juego sagrado de la imagen creada, del hombre que deja su huella y el temblor de su incertidumbre.
Y como en un sortilegio, acaba sellando su testimonio rotundo, su asidero y su fe.

viernes, 1 de junio de 2018

ZIDANE II

Algunas consideraciones:
Un general no abandona a su suerte a los soldados que le han hecho ganar guerras.
Antes se inmola a si mismo en la primera fila de la siguiente batalla.
Por encima de los nombres, de las propiedades, de las empresas, de los ejércitos, de las naciones, sí, están los individuos, las personas, el ser humano. Si faltas el respeto a un solo ser, estás hiriendo de muerte a cualquier colectivo formado por personas.
Ya sé que estas consideraciones no son tenidas en cuenta por la mayoría, pero la primera ley es siempre el amor, lo demás es secundario.
Amor al trabajo, amor al grupo, amor a las personas.
En nombre de La patria, en nombre de La Religión, en nombre de la Empresa que está por encima de ti y de mi, yo te borro del mapa y te fulmino. Esa es la gran mentira, ese es el inicio de toda prepotencia y acaba en el fanatismo, en la dictadura, en el abuso y en el atropello de los derechos básicos del individuo.
Me gusta el General que ha dimitido, me gusta Zidane que ha preferido agradecer a sus soldados los servicios prestados.
Es su último gran legado.
Deben llegar los cambios.
Así que me cambio a mi mismo.
Su último gran ejemplo.