martes, 28 de agosto de 2018

DEJANDO ATRÁS...

Me contaba como siendo adolescente luchaba contra jóvenes que eran más fuertes y con bastante más peso que él, y su amor propio le hacía sacar más de lo que tenía dentro, y eso empeoraba lo que en principio eran luchas amistosas; lograba en verdad cabrear a sus adversarios, que entonces ya cruzaban la frontera y se dejaban llevar soltando la fuerza bruta que podía herir de verdad.
Y las personas que les vigilaban tenían que intervenir para separarles y que el intrépido y rabioso muchacho no fuera dañado gravemente.
Al escuchar al anciano rememorar su infancia, me hizo recordar al niño que yo fui, competidor en tenis y fútbol, con la misma pasión y amor propio, esa rabia del que no sabe ni acepta perder.
Y esa evolución necesaria, para dejar atrás ese ego, ese fardo, ese ansia de ganar como si sólo la victoria nos representara con certeza.
Más allá de la victoria o el fracaso está el crecimiento del que se expone, del que arriesga, del que se compromete, y surge lo desconocido, saltar por encima de las lineas, más allá de los colores, más allá de la propia identidad, de la propia fuerza, del propio físico que se nos ha concedido.
Hay un halo de luz, un silencio, un resplandor y un eco íntimo que deja atrás ese ansia infantil de triunfo, que busca entonces lo otro, lo que nos eleva por encima de nuestros incipientes y virulentos sentimientos.
Hay una insatisfacción que llega tartamuda y extenuada a la conquistada paz, una especie de humildad que es capaz de reconocer la propia limitación, y un atisbo de que la tentativa no logró la totalidad soñada, pero si una aproximación al territorio del misterio, a la gran vastedad que está más allá de nosotros mismos.


jueves, 23 de agosto de 2018

CORTEDAD

Quizá la petulancia sea de los peores defectos, demuestra el ufano su cortedad y su poca inteligencia.
Quién es el que se cree algo?
Somos seres humanos, eso es todo, ahí está nuestro valor.
Mira al cielo nocturno y deja que entre la inmensidad en ti, y ahora observa lo pequeño que eres.
Deja que la sensibilidad te haga partícipe de esa grandeza, no podemos abrazar al viento, somos seres desvalidos que podemos sentir el infinito.

domingo, 19 de agosto de 2018

RESIDUOS

La mierda se acumula persistentemente, a diario, en la cocina, el polvo en los suelos y en las mesas del cuarto de estar, en los baños, en el patio y en las escaleras de entrada de casa.
Las ciudades tienen toneladas de residuos, el vivir conlleva su lastre de destrucción.
Lo mismo sucede a diario en nuestro cerebro: Problemas acumulados no resueltos, por incapacidad, por dejadez, por ignorancia, por cobardía.
Pero esa mierda acumulada no se ve superficialmente, las moscas no revolotean en nuestras cabezas infectadas, es igual que no hayamos pasado la aspiradora  en nuestro acontecer vital. Pero toda esa carga residual se ve de otra manera, en las reacciones absurdas, en la mala leche, en el resentimiento, en la envidia, en la maldad gratuita que se aplica al inocente, al débil, a la víctima desafortunada.
Por eso las sabios acaban yéndose a la gruta en lo alto del monte, para ocuparse sólo de su mente y tenerla impoluta y no tener que estar pasando la escoba en el salón y sacando brillo a la plata comprada.

miércoles, 15 de agosto de 2018

TRES QUE VUELAN

Reyes coge un autobús y se va a Portugal, Diego ya ha fundado su propia familia, Pedro está en Suecia, y acaba de dejar atrás el triunfo en Glasgow. La casa dónde crecieron está vacía, la vida es fugaz.
Fugaz pero no leve, yo les veo crecer y aprendo a abrir los brazos, para que se vayan, para que vuelvan, mi cabaña es modesta y está rota pero es acogedora.
Y recuerdo hace ya más de veinte años, un claro del bosque en El Plantío, una arena blanca sin la pinocha de los inmensos pinos oscuros. Allí iba con Pedro y Diego a la caída de la tarde, llevaban sus micro machines, y yo les contemplaba jugar con aquellos minúsculos coches, subían montañas de arenas, descendían vertiginosas pendientes, y las horas pasaban en el silencio del bosque.
Así los guardo en mi corazón, absortos en su juego y en el presente, libres de la inquietud del futuro, sin la herida del pasado, seres puros y delicados,  al margen del triunfo o las pérdidas.
Es el amor en su forma más pura.
Tres que vuelan.
Es el amor lo que nos mantiene erguidos.

miércoles, 8 de agosto de 2018

CADUCIDAD

Está ahí en nosotros, en los árboles y las plantas.
Todo tiene su caducidad, la transformación y el movimiento continuo es nuestra esencia, las células se renuevan, la muerte deviene en vida y la vida, a su vez, cesa.
Y está la fuerza creativa de nuestra mente que construye paraísos, catedrales de piedra, la pintura que detiene el instante fuera del tiempo, las letras del poema que perduran.
Todo es un combate, nuestra vitalidad se opone a la muerte.
Seres mortales que soñamos la inmortalidad.
Seres finitos que creamos eternidades.
O, más humildemente, testimonios que nos sobrevivirán.

miércoles, 1 de agosto de 2018

LUCINDA WILLIAMS II, IT´S GONNA RAIN

IT´S GONNA RAIN, pronuncia la cantante y se acuna a si misma balanceándose en su propio ritmo, acaban de descender de su cielo oscuro y estrellado, y les han pillado de cualquier manera, el batería va con una camiseta y un traje de baño, el guitarrista, escuálido, descendió con su gorro de lana puesto y sus orejeras, el bajo lleva los pelos encrespados y tararea con dulzura...It´s gonna rain...
Actúan en directo en radio Kexp, Seattle, Washington... Estoy tan cansada de la mirada en los ojos de la gente, no puedo esperar el momento para irme.... Ella lleva los pelos rubios sobre la frente y los ojos azules miran sin mirar, y su chupa favorita y gastada de cuero, mantiene su danza rítmica y elegante, su escote descuidado y sexi, sesenta años pasaron, que importa la edad en este cielo nocturno, he estado parado en el borde de la oscuridad, volverá a llover, esta nunca fue mi ciudad de todos modos...volverá a llover.
Suena la guitarra sobre volando las estrellas, it´s gonna rain, y la voz certera y fluctuante, se mece acunándonos a todos, ya en un cielo oscuro y universal, esta banda dejó atrás la radio y la ciudad de mierda, volamos todos en la emoción y en lluvia, en las voces extasiadas, sin alardes, sin psicodelia, sólo el éxtasis de la música.
Mañana estos seres de la música volverán a su vieja ciudad, y mandarán correos electrónicos y usarán tarjetas de crédito, comprarán patatas en el super de la acera de enfrente.

 ¡Ah!  lloverá otra vez y me volveré a ver parado en el borde la oscuridad.

Y me salvará la canción, siempre hay una canción allí, tras la inesperada esquina.