domingo, 31 de agosto de 2014

ALMOST LIKE THE BLUES

Andaba con unos auriculares, entrecerraba los ojos y alzaba las manos, al ritmo de la música que iba escuchando. Llevaba consigo una maleta con sus escasos enseres. Su rostro afilado, sus ropas oscuras, su cuerpo de alambre, su andar era un baile de júbilo.
 Se sentó en un banco del parque, y sus manos golpeaban musicalmente sus piernas, seguía la melodía, el día era azul y los árboles brillaban por la lluvia caída durante la noche.
Yo también escuchaba "Almost Like The Blues", una nueva canción del Maestro Leonard, nos miramos como si fuéramos viejos conocidos...Acaso no lo éramos?
 A la mierda la burocracia y sus obligaciones, hoy sólo cuenta este ritmo, y el galope subterráneo de la verdadera vida...

sábado, 30 de agosto de 2014

REVERBERACION

        




La sombra del corazón en el muro de la ermita, apenas es una vaga ilusión.
Como las oraciones que se susurran en el interior de los muros
    y sin embargo rozan otras vidas,
    transformándolas imperceptiblemente.

   Cada vez que herimos al otro
   profanamos un templo.
   Cada vez que amamos,
   bendecimos un cuerpo.

                                      Quien sabe rezar?
                Quien sabe de los corazones?
       Quien sabe amar?
                Quien sabe vivir?

No sólo alumbra el día.
Hay otra luz inmanente
reservada para los mejores pintores.




La flor en la penumbra conserva su transparencia.
El cristal opaco filtra los rayos del sol.
Dentro de la estancia el silencio es una reverberación.
Y aun con los ojos cerrados, está  el resplandor.


CARDOS





Atravesaba en bici los Pirineos, la inmensidad de las cumbres, el gran silencio, el movimiento renovador de las nubes tapando y descubriendo las cimas y los cielos.
Y los cardos, estallaban violetas y refulgentes.  Se erguían solitarios , acompañando el camino como una oración de humildad. Y sin embargo su centro concentraba rutilante la energía ingrávida de la luz celestial.

domingo, 17 de agosto de 2014

HECHOS

Ella me lee esta mañana una historia emocionante. En el periódico. Es de Javier Reverte. Como es un Maestro escribiendo, transcribo:
"En el invierno de 1992, en pleno conflicto bélico, viajé a Sarajevo como periodista.
Conducía un coche desde Split, en la actual Croacia, y entré solo en la urbe cercada. Antes de partir, una mujer me pidió que le llevara a su marido, encerrado en Sarajevo, una bolsa de comida y 400 marcos alemanes, y añadió que era cuanto tenía.
        Le dije:
-Señora, puedo perder el dinero, puedo no entrar en la ciudad o no encontrar a su marido, pueden robarme en los controles militares. O simplemente me puedo quedar con los 400 marcos: usted no me conoce.
       Me respondió:
-En esta guerra, señor, hemos aprendido a desconfiar de los conocidos y a confiar en los desconocidos.

La historia tuvo un final feliz: encontré al hombre, le di el dinero y regresé sano y salvo a Split. Nunca debes fallarle a una desconocida"

sábado, 16 de agosto de 2014

RASTRO DE LUZ

En las épocas aciagas o en los periodos de felicidad, parece que el estudio del pintor permanece cerrado y los pinceles se quedan dormidos, metidos en un aguarrás que se va espesando a medida que los días pasan.
   Y sin embargo, el pintor es inseparable del ser humano que ríe, llora, que ama durante noches enteras, que se sube a los cerros,  que saborea la oscuridad y el brillo de las noches sucesivas. Que mira a su mujer y piensa como apresar esa sonrisa salvadora. Y el pintor está en vigilia. Registrando las tardes diseminadas con polvo de oro y paz. Y siempre anota por dentro, como un testigo mudo, el cuadro  que podría ser.
    Y ahí, en ese mundo propio, la creación es incesante. En ese reino, comienza el baile de las formas, donde se deshace la materia que gira intangible en el crisol que funde todo lo mirado.        
    Y el andar cotidiano, lejos del estudio, es así pincelada invisible, un avanzar hacia el elixir destilado.
 Pero el testigo, el peregrino, ya henchido por la belleza del camino, habrá de volver al estudio y humildemente, depositar en el lienzo el legado recibido,  una mancha derramada de vida, un rastro de luz.
   

viernes, 15 de agosto de 2014

REY SOL






Todas las civilizaciones han idolatrado al Rey Sol. Hay instantes en que el cielo es de oro y  los brillos del agua en La cala, convierten a los cantos rodados en joyas inigualables. Suenan los tambores y una mujer canta en la orilla para si misma y dice unas palabras indescifrables, hay un silencio de veneración,   los dioses han descendido a la Tierra, y los cuerpos bellos son aun más bellos en esta luz, en esta hora mágica, cuando el último esplendor del día anuncia ya la llegada de la noche. Y en este paraíso la sensualidad se prolonga nocturna.

viernes, 8 de agosto de 2014

COLORES DE LAYOS






Los colores se adhieren al alma del pintor. Estos son los míos, tierras y piedras de Layos, hierbas y hojas secas, grises, pardos, rojizos, verde ceniza. Y también el azul y el violeta de las lejanías, y el ultramar oscuro que las sombras de las nubes proyectan por las explanadas y las colinas y recorre la tierra desértica, renovándola.
 El tiempo pinta en las rocas, deja sus óxidos, su liquen, y cada piedra se convierte en un relato exacto, en un universo concreto que se expande en síntesis de la tierra circundante, el color tiene un lenguaje silencioso que entienden los corazones, sobran las palabras.
Y mientras el sol ofrece sus últimas luces y las nubes se convierten en lineas de fuego, los corzos salen al rastrojo, desde el monte, y se oyen sus ladridos.
El silencio del campo es sonoro, aquí sí se perciben los milagros cotidianos.


ALEGRIA




En lo alto del cerro de Layos, el paisaje es un leopardo, dorado y negro, en esa tierra he crecido, y allá arriba hay paz y alegría, el viento mueve las esparteras, la cornicabra, la coscoja, los chaparros. Mueve también mis brazos.¡ Cabe tanto en el círculo del tiempo aquí arriba suspendido !. Subiendo salió, de la encina grande , casi en lo alto del cerro, el águila real, hacía tiempo que no nos visitaba.  En mi cara la alegría, todo sonríe en este día azul de Agosto. He subido hasta aquí para oír el silencio y ver ponerse el sol, allá muy lejos, en la sierra de Gredos.


lunes, 4 de agosto de 2014

PEÑAS NEGRAS, CERROS ROTOS.





Desde lo alto del cerro roto, la ruina del castillo quebrando el cielo azul, subido en las peñas negras, se divisan los olivares de Mora, las tierras rojas diseminándose hasta el horizonte azul,  la lejanía de La Mancha. Las nubes imponiendo su presencia sobre la tierra dura, seca. ¡Qué tendrán las cumbres!... Sólo hay presente, silencio de brisa. El movimiento de las nubes, sus sombras violetas cubriendo extensiones de terreno, todo va mutándose armónicamente, la visión se renueva, el sol ilumina unas partes cuando reluce entre las nubes, la tierra se vuelve a apagar cuando el sol se oculta.  La visión del águila nos da la clave de la totalidad, de la fusión, de la pertenencia. Parece que el hombre ha de subir hasta estos puntos cardinales para que el simple hecho de mirar sea ya una revelación.
 Desde el cerro roto la voz sale sin lamentos, sin quejas, sin juicios. Es una exhalación incolora en la que está todo contenido,  la sonrisa, el mutismo, el grito, la alegría, los pies no sienten ya ningún peso, no hay apegos, quiero decir que la vida y la muerte se abrazan, nada importa, ni siquiera esa palabra estigmatizada: es un salto hacia lo otro, ya no hay vértigo.



domingo, 3 de agosto de 2014

ARBOLES

Ahora que todo el mundo se desplaza, que hay atascos en las carreteras, que la gente busca el cambio y la fantasía, me fijo en los árboles. Enraizados en la tierra, bajo el mismo cielo infinito y cambiante, viendo pasar las nubes mutantes, las noches y los días, los vientos y la brisa, en esa quietud firme, guarida para los gorriones y los mirlos, nido del águila imperial, cobijo del pastor, sombra del campesino, verdor para el peatón ciudadano, siempre belleza en cualquiera de sus estados, catedrales sin cruz.

viernes, 1 de agosto de 2014

UN CUERVO

Esta mañana he visto amanecer en la ciudad, con la primera luz  andaba por la calle, cruzando el semáforo de la gran avenida, y ahí en lo alto de un farola, estaba el cuervo posado. Su silueta negra inmensa se recortaba contra el amanecer pálido.
 La madre selva cubre las paredes de las construcciones, las hormigas transitan por las aceras, las arañas tejen su geometría, los gansos cruzan por encima de los rascacielos en sus rutas migratorias.  Lo salvaje siempre está al acecho.
 

ENCUENTROS

Estábamos hablando en la orilla del mar, con una confianza total. Por el aire circulaban la infancia, los afectos, la vocación, el asombro de la vida, la injusticia:  Todo.
Entonces otra persona , que estaba más alejada, pero escuchaba nuestra conversación, me dijo: Le cuentas tu vida a cualquiera...
 Y pensé en el abismo inabordable de ese ser que me reprochaba, desde su extrañeza, mi transparencia. Esa persona permanecía en un mutismo íntimo, pero podía hablar sin parar de los asuntos banales.
    ¿ Quien era el raro?
Con cualquiera no se comparte lo interno , sólo con los que buscan, con los que necesitan el encuentro, con aquellos que fijan su mirada en las corrientes subterráneas.
 ¿De qué otra cosa se puede hablar en verdad?
En esos encuentros con personas que han sufrido un duro golpe y están abiertos a los demás, suceden los verdaderos hallazgos, existe en esa comunicación algo que roza lo sagrado, como en una oración, pues las palabras pronunciadas tienen el poder de convocar al misterio. Y surge el alma común, el abrazo de todos los afligidos, la verdadera hermandad. Existe una revelación aunque no se desvela el misterio, pero si se hace presente la otra dimensión, la que mueve los hilos de las vidas y las muertes.
También está la risa y la alegría, pero ese es otro asunto, otra materia más leve e intangible.
Que bien lo pronunció Luis Rosales con su voz poética: " Las personas que no han sufrido, son como iglesias sin bendecir"