viernes, 8 de agosto de 2014

COLORES DE LAYOS






Los colores se adhieren al alma del pintor. Estos son los míos, tierras y piedras de Layos, hierbas y hojas secas, grises, pardos, rojizos, verde ceniza. Y también el azul y el violeta de las lejanías, y el ultramar oscuro que las sombras de las nubes proyectan por las explanadas y las colinas y recorre la tierra desértica, renovándola.
 El tiempo pinta en las rocas, deja sus óxidos, su liquen, y cada piedra se convierte en un relato exacto, en un universo concreto que se expande en síntesis de la tierra circundante, el color tiene un lenguaje silencioso que entienden los corazones, sobran las palabras.
Y mientras el sol ofrece sus últimas luces y las nubes se convierten en lineas de fuego, los corzos salen al rastrojo, desde el monte, y se oyen sus ladridos.
El silencio del campo es sonoro, aquí sí se perciben los milagros cotidianos.


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