viernes, 1 de julio de 2016

LO ABSOLUTO

Todos nuestros apetitos regresan, se instalan en nuestros cuerpos, nos hacen aliados del placer, adictos a los sabores,  los sonidos, el tacto, los olores.
El hambre se sacia, el sexo culmina y pacifica, pero hay un apetito que siempre está ahí por debajo de todos los demás, contagiando a todos como una raíz que manda su sabia a las ramas que afloran en la superficie, como un gran lago subterráneo del que tiran todos los ríos que atraviesan la tierra.
El anhelo nunca satisfecho de lo absoluto.

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