martes, 12 de julio de 2016

ARACELI Y MANUEL EN FONTANARS DE ALFORINS

La casa amarilla en mitad del viñedo, en la meseta del valle, en Fontanars de Alforins, bajo la serra grossa, montaña media y maciza. A medida que el sol va subiendo y el día avanzando, la sombra se apodera del jardín natural, los nogales, las higueras, los ciruelos, el olivar recoleto, el pozo, todo invita al silencio, apenas rota su cadencia por el carraspeo de las urracas, el canto del abejaruco en lo alto del cielo azul y el silbido amarillo de la oropéndola oculto en la vertical del ciprés.
Cruce fronterizo de territorios, reminiscencias manchegas, Alicante, Albacete, y en el horizonte, Levante, el cielo empastado del mar mediterráneo.
La tierra roja serpentea entre el verdor de la viña, bajo el sol  el aire es de fuego en estos primeros días de Julio, en la sombra la brisa acaricia mientras maduran las ciruelas y las brevas.
En el Cipreret, así se llama la casa de A.Mazarredo, los techos de adobe y las irregulares vigas, los suelos de barro, todo es cálido y tiene la medida humana del equilibrio y la comodidad, todo está tocado con la sencillez campesina.  En la penumbra interior, los libros en las estanterías y el retrato del ancestro marino, con uniforme de gala, hacen girar las estancias hacia la elegancia y la armonía del buen gusto, colores otoñales o verdes como el envés de las hojas de las encinas. En la mesa un libro del Club Nacional( Lima), hace sentir la presencia de Manuel, con su figura de actor, su humor displicente, su ternura, su desapego elegante, su irresistible seducción. ¡ Ah !, ¡ Los seductores también caen enamorados y dejan su tierra cuando ven a la mujer  que resucita el corazón dormido!
 Un peruano en Alforins: desde el otro extremo del planeta, cruzando los océanos, por unos ojos azules. La patria es ella, ella es la tierra, ella el hogar.
Y en esa tierra levantina él se dedica a elaborar los sabrosos jugos de la vid, el exquisito vino de Fontanars. En esta meseta recóndita ha encontrado su paraíso, tierra acogedora cerca del mar.
Bajo estos cielos, algunos afortunados encontraron la felicidad.

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