martes, 30 de diciembre de 2014

RESISTIR

Entrar en el estudio, oler el aceite de linaza de los colores recién molidos, el lienzo preparado para recibir la primera capa, esa suerte de pánico, todo empieza otra vez, de nada vale el último cuadro, vivir de la pintura y en la pintura es vivir sobre el alambre, adolescentes de 50 ó de 80 años. Seres abiertos, inseguros, náufragos, ríos vivos, aventureros, peregrinos enamorados, la belleza siempre en el incierto horizonte.
La primera parte de la vida soñando con alcanzar la gloria, la segunda resistiendo, uno ya se conforma con lo verdaderamente esencial: seguir pintando.

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