lunes, 7 de marzo de 2016

EL RENACIDO

Hay autores que imponen su presencia invadiendo cada cm de lienzo, hay otros que desaparecen por detrás de sus pinceladas haciéndose invisibles.
¿Clasicismo o romanticismo? ¿ Elegancia o distinción?
Es una constante en el arte,  dicotomía entre imponer de forma obsesiva la propia personalidad o darle protagonismo a la escena que queremos perpetuar. Estilo y modernidad o iluminación de la vida que es siempre nuestra fuente de inspiración.
Pensaba en todo esto después de ver el acentuado manierismo del cine de Alejandro González Iñárritu, cada encuadre busca la originalidad de un estilo propio, quiere ser constantemente sublime, enfatiza y subraya las luces y los sonidos. El director Iñárritu nos grita, en esta ocasión sin palabras, lo genial que es.
En su última película, " El Renacido",  la belleza salvaje de la naturaleza  es verdaderamente arrebatadora, la tensión no decae en ningún momento, el amor del protagonista hacia su hijo es puramente salvaje, antropológico, universal. Está retratado sin palabras, pero cualquier padre entiende esa ternura gigantesca y la fuerza trascendente  de la transmisión vital.
Los rostros inmersos en la luz selvática, la naturaleza como madre tierra que nos cobija, nos alimenta, nos cura, y a la vez el frío extremo, las tempestades y el agua virginal.
Tiene referencias a dos películas clásicas, " Dersu Uzala" de Kurosawa, y " Jeremías Johnson", de Sidney Pollak y protagonizada por un inmenso Robert Redford.
Al salir del cine pensaba que tanto énfasis restaba más que sumaba la verdadera belleza que tiene en sus profundidades " el Renacido". Tanta pretensión de estilo ahoga.
En "Dersu Uzala", el gran Kurosawa se había hecho invisible para que brillara solamente la inolvidable figura de Dersu.

En cualquier caso una obra llena de belleza la que ha creado Iñárritu, pasados los efectismos, hay imágenes imborrables que permanecen dentro de uno, un indio ahorcado, un hijo vivo y muerto, la perpetua nieve, el rostro pétreo del Indio en busca de su hija  secuestrada, la lucha por la supervivencia, la lucha por la dignidad.
Grandes actores. Tom Hardy, de nuevo excelente y Leonardo Di Caprio, vemos a través de sus ojos. Es curioso, el protagonista se difumina para que la inmensidad de las montañas y los ríos, y la faz de su querido hijo se agiganten en nuestro corazón.
Siempre alguien tiene que desaparecer...

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