viernes, 21 de octubre de 2016

LA SENDA INCOLORA




Lagun, Setter inglés, es nuestro nuevo compañero, se van creando lazos, necesita nuestra compañía y pega su cuerpo contra el mío para sentir calor. Tiene tres meses y es tan guapo que todo el mundo se gira a su paso. Alguna vez le llamo Iru, ya ausente, pero Iru sigue estando en las profundidades de mi corazón.
Se hace presente ahora esa frontera invisible en donde se funden lo real y lo imaginado, la vida y la muerte, el amor y el olvido.
Pues en verdad nada está separado, hay una ligazón en todo, nuestros ojos no la captan.
Ahora estoy despierto y es en esta hora cuando germinan mis sueños nocturnos entre las nubes que ocultan el sol.
Acabo de ver a José tras el árbol que divide el camino de ida y el de vuelta, algunos dicen que murió hace ya cinco años, pero no le doy importancia a esa aseveración. Quiero decir que lo que yo veo no son alucinaciones.
Camino por ese territorio vedado, es una senda incolora donde sucede el milagro.

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